“Gran parte de la tecnología que incorporamos en el zapato va en la suela, lo que llamamos la tecnología Adaptaction”, asegura Basilio García, CEO de Callaghan, quien nos adelanta en la siguiente entrevista concedida a Agenda de la Empresa los innovadores zapatos que acaban de sacar al mercado bajo el nombre de ‘Callaghan Adaptaction UP’. Con ellos, puede decirse que el futuro del calzado ya ha dado su “primer paso”.  

 

 

¿Cómo se logra ser la primera marca de zapatos en investigación tecnológica?

En este caso la investigación tecnológica forma parte de la cultura de la empresa, es uno de nuestros objetivos principales: invertir en I+D, investigar nuevos materiales y formas que conduzcan a una mayor comodidad de nuestros zapatos. Estamos constantemente investigando cuáles son los nuevos materiales, los últimos sistemas de producción, hasta dónde podemos llegar con los moldes, para intentar ir un paso más allá.

 

¿Cómo se convence a un cliente para que se decida por unos zapatos Callaghan y no por otra marca?

 

Basilio García con los UP - Callaghan
Basilio García con los UP – Callaghan

Nosotros queremos que el cliente tome la mejor decisión posible; que los coja en la mano y vea la sensación que el producto le ofrece: que note la ligereza de nuestros zapatos, lo poco que pesan, que vea que usamos piel natural de altísima calidad, muy flexible y duradera, que observe los materiales que utilizamos para la suela… son sus propias observaciones, comparando nuestro producto con otros, lo que le va a convencer.

 

¿Qué tienen de especial los zapatos para ser considerados como uno de los más innovadores?

Gran parte de la tecnología que incorporamos en el zapato va en la suela, lo que llamamos la tecnología Adaptaction. Cuando nosotros caminamos, el pie ensancha hasta 8mm al apoyar en el suelo los dedos, en la zona de los metatarsianos. Ahí es cuando un zapato puede hacer daño y apretar. Nuestros zapatos tienen la tecnología Adaptaction que hace que el zapato se ensanche también al pisar, la suela se ensancha, y acompaña suavemente la pisada. Además de esto, tenemos zapatos que devuelven -por el tipo de material con que está construido el tacón- la fuerza de la pisada en el siguiente paso, esto hace que caminar sea más suave y sobre todo que llevar tacones no sea un suplicio. En el caso de nuestro último lanzamiento, UP, hemos rediseñado totalmente la suela de este modelo para que retorne la fuerza de la pisada a modo de ballesta o cámara de aire…  Cada año seguimos investigando nuevos materiales y formas que hagan que caminar sea lo más placentero posible.

 

¿Es importante el papel que desempeña en la compañía el departamento de I+D+i?

Es un departamento angular en la empresa y una de nuestras mejores bazas a la hora de competir. Capitaneado por mi hermano Iván, que también lleva toda la parte de diseño, es un departamento que siempre está pensando en qué nuevas tecnologías podemos ofrecer al cliente, dónde podemos ir más allá, qué prestación va a encontrar que realmente le haga estar más contento y cómodo con los zapatos. Estudian qué innovaciones surgen en otros sectores que no tienen nada que ver con los zapatos (por ejemplo en la industria de la automoción), usan las tecnologías de simulación más avanzadas, y en definitiva miran constantemente lo que está pasando en todo el mundo para ver si podemos aplicarlo al calzado y lograr mejorar nuestros resultados.

 

Hace poco habéis presentado otro nuevo calzado revolucionario en la Madrid Fashion Week ¿Podrías destacarme este nuevo producto? ¿Qué tiene de especial o diferenciador con los de más? ¿Cómo serán los zapatos en el futuro?

Lo revolucionario es realmente lo que no tiene, que es el tacón. En la parte trasera se elimina el tacón y se crea un amortiguador, una especia de ballesta, como una “U” invertida que, manteniendo toda la funcionalidad, recoge la fuerza generada con la pisada del talón y la devuelve en forma de energía para dar el siguiente paso, dando una sensación distinta a la hora de caminar, como un pequeño empujoncito. Además, en la parte delantera del pie, reparte muy bien las presiones proporcionando una gran sensación de confort. Si nos fijamos en el diseño del zapato, la parte superior tiene más que ver con un zapato del siglo XXI; son únicamente dos piezas, con un sistema de cordada elástica autoajustable, con unas pieles especialmente tratadas que repelen la suciedad. UP es un zapato que responde perfectamente a la pregunta de cómo debería ser un zapato del futuro.

 

Si tuviera que decirnos algún ‘defecto’ o algo que pudiera mejorarse de los calzados Callaghan, ¿Cuál sería?

Hay zapatos que nos gustaría tener a un precio más competitivo para que pudieran llegar a una parte de la población más amplia. Pero cuando empleas materiales de primera calidad, cuando estás utilizando la última tecnología, cuando el zapato lleva una elaboración muchísimo más grande de la que puede estar utilizando la competencia, bajar el precio es algo muy complicado. Lo que sí es evidente es que los clientes de Callaghan aprecian el valor del producto, al fin y al cabo el nuestro es un negocio muy de confianza con el consumidor, que esté contento con la marca, que la pruebe, que le guste, que la vuelva a usar en el futuro y que se vuelva muy fiel a Callaghan y al trabajo que estamos realizando.

 

Por el contrario, si tuviera que destacarnos lo más importante de los calzados Callaghan…

UP callaghan combinat
UP callaghan combinat

Yo diría que tiene varios atributos, es un producto sólido y robusto. La calidad de los componentes hace que tengan una duración que en ocasiones puede pasar de la decena de años si se cuidan un poco. También la personalidad,  tenemos una identidad de producto bastante propia gracias a nuestra tecnología Adaptaction.

 

¿Parte del secreto de la buena trayectoria de la marca está en la expansión internacional? ¿Cuándo se comenzó a internacionalizarse más la marca y cómo?

Llevamos 12 años con una estrategia de posicionamiento internacional en un segmento donde hay competidores muy potentes, grandes marcas que tienen muchos recursos y que hacen las cosas realmente bien. El secreto de todo esto es tener un producto diferenciado. Callaghan tiene algo que no tiene nadie, una tecnología patentada que hace que el zapato se adapte al pie. Por otro lado la constancia, entrar por primera vez en un mercado es difícil, es una labor de mucha insistencia, mucho trabajo, y no se puede defraudar al cliente.

Italia es un país muy importante para nosotros, en China estamos vendiendo bien, en Japón estamos en pocos pero muy buenos puntos de venta, que son un embrión de algo que puede crecer en el futuro, también estamos en Rusia, Grecia, por supuesto en Portugal, y aunque en un primer momento pueda parecer un país más difícil para este producto, también en Marruecos está funcionando, con una clientela selecta. También en Latinoamérica, especialmente en Chile estamos creciendo muy bien.

En otros mercados, como el francés y el alemán, nos está costando un poco más entrar, pero somos corredores de fondo, estamos insistiendo temporada tras temporada para que nos hagan hueco.

 

¿Es el momento adecuado para ofrecer franquicias? ¿Cuáles son los requisitos que pide la marca para desarrollar una franquicia? ¿Tenéis alguna previsión al respecto?

Nosotros pensamos que ahora mismo están evolucionando los hábitos de consumo, La gente quiere comprar en tiendas donde te den la experiencia plena del producto, donde comprendan y te expliquen muy bien cuáles son sus características. Callaghan es un producto evidentemente técnico, y muchas veces se pierde ese conocimiento del producto en el salto que hay de la empresa matriz a los puntos de distribución, que trabajan con muchas marcas, por lo que no es tan fácil que transmitan al consumidor final todos estos valores.

Las franquicias pueden funcionar en aquellas zonas donde Callaghan no tenga una presencia muy grande, en otras donde la tenga no es necesaria esta fórmula. Y desde luego es una vía muy importante para penetrar en nuevos países.

 

¿Qué queda aún de esa empresa familiar riojana que fundó la marca en los años 60?

Todo, porque gran parte de nuestro espíritu innovador y de nuestras ganas de ofrecer un producto distinto al de la competencia ya estaban en el principio de la compañía. Evidentemente, los recursos de los que disponía mi padre cuando fundó la compañía en 1968, en un garaje pequeñito, pues no eran los mismos. Pero sí creo que nos ha inculcado ese adn de diferenciación, de hacer las cosas bien, de perseguir la satisfacción del cliente por encima de todo. Luego evidentemente se ha desarrollado muchísimo la tecnología, y nosotros con ella. También ahora tenemos una importante proyección internacional liderada por mi hermano Julio, que se ocupa de toda la parte de distribución y es la tercera pata importante dentro de la empresa; muchas veces a las empresas españolas esta es la parte que más nos cuesta porque llevamos poco tiempo compitiendo en el mercado internacional y tenemos que saber colocar nuestros productos en el sitio correcto.

 

¿Están haciendo mucho daño en el mercado los llamados zapatos ‘chinos’ (de baja calidad y reducido precio)? ¿Cómo os afecta?

El segmento del producto chino es un segmento donde el precio es el factor fundamental. ¿Cómo se consigue el precio? Pues básicamente de dos maneras: con una mano de obra muy barata, y con los componentes, ofreciendo productos sintéticos y plásticos en lugar de productos naturales. No hay más misterio en este tema, así que la competencia china no nos afecta en este sentido porque su segmento y el nuestro son muy diferentes.

Sí nos afecta, por el contrario, competidores que producen en China con unos costos más baratos, más competitivos, lo que les proporciona márgenes mayores para hacer otro tipo de cosas o para que la empresa sea más fuerte.

 

¿Cómo ha influido o está influyendo la crisis económica en el desarrollo de la empresa?

Primero nos ha hecho ser más eficaces en la parte de gestión, en cuidar más el dinero, en hacer más con menos. Y luego, por otra parte, nos ha hecho aferrarnos más a nuestras señas de identidad, ser más innovadores, intentar ofrecer un producto que sea superior, que evolucione y mejore temporada tras temporada. En el caso de Callaghan, somos mucho más competitivos ahora que en el año 2008.

Lo que sí tenemos claro es que en el futuro la crisis va a pasar, pero sin embargo el consumidor de después de la crisis no será igual que el de antes; será un consumidor que le dará más importancia al valor del dinero, a la hora de invertir en unos zapatos va a buscar un producto que le satisfaga y le dure. Callaghan te puede costar un poquito más que algunos zapatos de los que hay en el mercado, pero somos sin duda una buena compra.

 

¿Cuántos empleados tiene en la actualidad la compañía y qué previsiones económicas y de proyectos tenéis en mente acometer a corto-medio o largo plazo?

Nuestros objetivos son mejorar la eficacia, esforzarnos más, abrir nuevos mercados, potenciar y mejorar la innovación,  buscar un proyecto superior al de la competencia y superarnos temporada tras temporada.

Nosotros tenemos 140 empleados y ahora mismo la idea nuestra es terminar el año con un crecimiento del 3-4%, y seguir abriendo mercado. Estamos trabajando duro en Francia, en Alemania, en Latinoamérica, potenciando toda la parte de expansión tanto en tiendas reales como en plataformas o en nuestra tienda online.

 

José Santos