El cobre es un material cada vez más utilizado en la construcción debido a sus múltiples propiedades. Entre ellas, destaca su excelente conductividad, que reduce el consumo energético al utilizarlo en instalaciones de agua, calefacción o electricidad. El cobre es el mejor conductor la electricidad y el calor, después de la plata, pero el elevado coste de ésta, convierte al metal rojo en el mejor material en relación calidad/precio para su uso en instalaciones industriales y del hogar. Por otra parte, este tipo de instalaciones garantizan su durabilidad al ser un material que no pierde ninguna de sus propiedades con el paso del tiempo.

Gracias a sus propiedades conductivas, la instalación de una mayor cantidad de cobre en las secciones de conducción en cables de alimentación eléctrica de edificios, tanto residenciales como de uso terciario o industrial permitiría obtener grandes beneficios, tanto económicos como medioambientales.

Los actuales estándares eléctricos prevén un dimensionamiento de los cables basado en criterios térmicos (evitar sobrecalentamientos) y eléctricos (limitar la caída de tensión en los circuitos). Sin embargo, se podría añadir un tercer criterio, que sería el económico: tener en cuenta el coste de las pérdidas de energía en los cables. Esto conduciría al uso de mayores secciones de cable, disminuyendo las pérdidas eléctricas y generando por tanto ahorros. La inversión aumentaría ligeramente, pero se recuperaría en un plazo breve de tiempo gracias a los ahorros generados en uso.

Gran ahorro

Aplicando este principio, se podrían ahorrar en España un total de 780 GWh/año, lo que equivale al consumo de 223.625 hogares. Esto supondría un ahorro de 109 millones de euros al año y un recorte en las emisiones de CO² de 234.000 toneladas anuales.

La utilización de instalaciones de cobre en el hogar también supone reducir el impacto medioambiental de nuestro hogar, ya que el cobre es un material que puede ser reciclado innumerables veces sin perder sus propiedades. La energía empleada en la fabricación de tubos de cobre reciclado es un 85% menor que si se fabrica con material proveniente de la extracción minera. Los países más desarrollados, entre ellos España, registran tasas de reciclaje superiores al 40%.