Veo a lo largo del año muchos emprendedores, algunos jóvenes y otros no tan jóvenes, que por voluntad propia en algunos casos y por obligación en otros, sobre todo en el caso de los no tan jóvenes, se embarcan en la apasionante aventura de montar una empresa a partir de una idea más o menos elaborada. Es curioso ver como los errores que se producen son habitualmente los mismos y comparten patrones comunes y cómo te sientes identificado con errores cometidos en el pasado cuando montaste aquella empresa y dijiste al final “esto no me vuelve a pasar”. Por ese motivo, en este artículo me gustaría exponer brevemente lo que considero son los 7 errores más habituales en los emprendedores.

 

Joaquin López Lérida EOI
Joaquin López Lérida EOI

Los expongo a continuación sin ningún orden en concreto ya que en realidad todos son importantes y afectan más o menos a las nuevas empresas en función del modelo de negocio planteado, sector en el que se ubican, etc.

 

#1 Una mala elección del equipo

Comparto completamente la elección de un número de 3 a 5 personas como adecuado para comenzar una nueva empresa. Menos es demasiado poco y a partir de 5 es más una asamblea que una empresa. Es frecuente ver que las 3 ó 4 personas que se juntan para montar una nueva empresa son todos ingenieros que se han conocido en la universidad o compañeros de trabajo que se dedicaban a la gestión de RRHH y se consideran idóneos para montar una nueva e innovadora consultora de RRHH por ejemplo. El problema es que una empresa no se monta solamente a partir de un conocimiento exhaustivo de un área de trabajo sino de un conocimiento multidisciplinar. El equipo de la empresa debe ser ante todo heterogéneo en conocimientos y capacidades y sobre todo bien avenido.

 

#2 Velocidad

No digo que haya que salir al día siguiente de tener la idea con “lo puesto”, pero los negocios y las ideas tienen en la actualidad períodos de caducidad en la mayoría de los casos y, sobre todo, las ganas y la ilusión inicial caen rápidamente si no se consiguen avances significativos en poco tiempo. Además, una excesiva ralentización en la llegada de resultados hace que los emprendedores empiecen a estar más pendientes de su situación personal y de nuevos trabajos u oportunidades, que de sacar adelante la idea. No se pueden emplear años en conseguir obtener el producto o servicio perfecto. Es mejor sacarlo al mercado y ver cómo reaccionan los potenciales clientes para poder evolucionar a partir de ahí.

 

#3 Desarrollo de cliente

¿Por qué la mayoría de las empresas se preocupan enormemente de su nuevo producto/servicio y no de su nuevo cliente? Este es uno de los fallos más habituales en los emprendedores: una preocupación casi obsesiva por un producto/servicio impecable (según la opinión propia) y un descuido absoluto por lo que realmente quiere el cliente. El desarrollo del producto/servicio que se va a sacar al mercado es obviamente fundamental, pero también lo debe ser la labor de hablar con los futuros clientes, ver si el producto/servicio tiene de verdad aceptación o hay que pivotarlo y gestionar adecuadamente la demanda antes de que esta se vaya a producir. El popular Steve Blank resume en su Customer Development Manifesto bastante bien esta necesidad a través de su frase “Get Out of the Builiding”. Según Blank, los emprendedores deberían entrevistarse por término medio con unos 10-15 clientes potenciales cada semana para observar sus reacciones y evaluar la necesidad de pivotar en función de las repuestas obtenidas.

 

#4 Marketing

La mayoría de los emprendedores piensan que el marketing es muy importante para todas las empresas menos para la suya, ya que su producto es tan bueno que no necesita ser promocionado. En un mundo saturado por la oferta, el papel del marketing es sencillamente decisivo sobre todo a la hora de entrar en el mercado. Supone un gasto importante, máxime para empresas que comienzan donde la facturación no existe, pero es fundamental para que nos conozcan. Es bueno partir de la base de que absolutamente nadie está interesado en lo que hacemos y que habrá que realizar un importante esfuerzo en darlo a conocer.

 

#5 Tecnología

La tecnología es un factor fundamental para la productividad y para el buen funcionamiento de los negocios en la actualidad. No es cuestión solamente de que alguien haga una web y la ponga a funcionar, es cuestión de herramientas internas de gestión, herramientas de marketing, posicionamiento, comunicación, etc. La tecnología es en la actualidad un factor más discriminador que diferenciador en casi todos los casos. No es una faceta fácil de mantener por la velocidad del cambio, pero a la larga es una de las mejores armas de las nuevas empresas. Las empresas que no cuentan en sus equipos con un socio tecnológico lo tienen mucho más complicado de partida que aquellas que sí lo tienen. ¿Por qué limitarse de esta manera? Un problema derivado de éste son los socios tecnológicos “estratégicos”, es decir, aquellos que saben mucho de la teoría pero nada de la práctica. Esto puede ser casi peor que lo primero, porque bloquea la entrada de nuevos socios tecnológicos pero en realidad sigue sin hacerse nada.

 

#6 Contratos

Aunque no es tan habitual, cuando se producen este fallos suelen traer consecuencias casi irreparables y de larga duración. La poca experiencia del emprendedor provoca en algunos casos la firma de contratos de manera compulsiva y poco racional que a la larga se convierten en una carga insoportable. Contratos imposibles con algunos proveedores que comprometen durante años, letras pequeñas no leídas o compromisos con clientes que requieren de esfuerzos muy superiores a los volúmenes de facturación que se van a obtener. Aunque, como he comentado anteriormente, la velocidad es fundamental, también lo es la reflexión sobre los pasos que se van dando. Antes de la firma de cualquier contrato el emprendedor debe analizar cuidadosamente el “que pasaría si …” poniéndose en el peor de los casos y verificando que incluso en ese caso las condiciones son satisfactorias para su empresa.

 

#7 Dinero

El eterno problema del dinero. En realidad mi experiencia es que, siempre que estemos manejando unos parámetros económicos más o menos racionales, dinero siempre hay o siempre se puede encontrar. Lo que es imposible hacer hoy en día es montar una empresa sin gastarse un euro o sin respaldar ciertos gastos que son necesarios. Quien quiera montar una empresa pensando que no le va a costar nada y sin tener un pequeño fondo de emergencia, es mejor que no la monte, por muy buena que potencialmente pueda ser la idea. Desde el primer momento el emprendedor debe ser consciente que montar una empresa, aparte de mucho trabajo, requiere siempre de algo de dinero o de ser conscientes de que habrá que respaldar con ávales o créditos personales el acceso a algo de capital que siempre es necesario.

 

Todas estas claves, así como el conocimiento y herramientas necesarias hoy para no cometer errores, se trabajan en los programas de postgrado de EOI, especialmente en su Executive MBA.

 

Joaquin López Lérida, coordinador tecnología en EOI