Hoy en día nos encontramos constantemente las palabras “globalización“, “nuevas tecnologías”, “crisis” y “déficit”. Unas mágicas, otras malditas, pero todas ellas reflejan la realidad de nuestro tiempo. Las hemos tenido que aprender sobre la marcha, e inmediatamente las asociamos con ideas de rapidez, cambios y adaptación a las nuevas circunstancias. En cambio, no están de moda otras realidades que aúnan historia, tradición, empleo y futuro: el trabajo preciso y la realización humana de las cosas a nuestra medida; en otras palabras, el día a día de casi medio millón de andaluces que ejercen su actividad por cuenta propia y que se caracterizan económica y técnicamente por la individualidad del trabajo, con identidad propia, a la hora de producir el bien o el servicio, frente al carácter seriado de las producciones industriales y el desapego de las grandes empresas o superficies comerciales.
Desde un punto de vista histórico, no podemos olvidar que este tipo de trabajo por cuenta propia, es anterior al dependiente; ha representado una de las bases económicas de la configuración de los Estados modernos y ha constituido la forma predominante de trabajo libre hasta la Revolución Industrial, con la que quedó relegado, erigiéndose el trabajador dependiente como protagonista de los procesos productivos.
Aún hoy y a pesar de la merma sufrida a consecuencia de la crisis, el trabajo por cuenta ajena, continúa ocupando una posición hegemónica dentro de nuestro ámbito productivo, aunque los trabajadores por cuenta propia, cada día, somos más numerosos. Pero, como antaño y sin adaptarse a la nueva realidad, el diálogo social continúa centrándose única y exclusivamente en el binomio patrón-obrero. En él, los autónomos estamos “mudos” y cuando se toman medidas sociales las administraciones, patronal y sindicatos obvian la realidad actual: que existen medio millón de autónomos que aportan el 18% de cotizantes a la seguridad social y dan trabajo a más de 230.000 andaluces por cuenta ajena. Igualmente, se olvidan de que el autónomo se enfrenta a los mismos problemas a los que se enfrentan muchas empresas en la actual situación económica. Pero estos problemas, en nuestro caso, se ven intensamente agravados por las dificultades relacionadas con el problema de la responsabilidad patrimonial ilimitada; la permanente incertidumbre de no saber “a priori” la cantidad mensual con la que va a contar porque sus ingresos son inciertos; la morosidad pública; la falta de flexibilidad fiscal que ofrece la administración para hacer frente a las obligaciones tributarias; la escasez de financiación y crédito; la competencia desleal; la fuerte caída de la demanda y del consumo. A pesar de ello, Andalucía ha sido y es una tierra de oportunidades y con ganas de emprender y los autónomos siempre hemos sabido que no hay otra manera de construir una Andalucía más moderna, más justa y mejor que poniendo al frente nuestros máximos valores: esfuerzo, trabajo, asunción de riesgo y realizando un sobreesfuerzo para mantenerse a flote.
No en vano, el año 2014 avala esta realidad al sumar hasta octubre 123.652 nuevos afiliados a RETA, es decir 412 altas al día. Pero, por desgracia, también han sido demasiados, los autónomos que han tenido que cerrar sus negocios en igual periodo, concretamente 109.000 autónomos, que lo han hecho como se suele decir “más solos que la una”, sin tener acceso a prestación por cese de actividad (el 60% de las solicitudes se deniegan) y mucho menos, a las ayudas para parados de larga duración.
Hoy por hoy, continuamos siendo los grandes olvidados de las administraciones públicas y del llamado “Dialogo social”.
La llegada de un fin de año siempre se convierte en un periodo de reflexión sobre lo ocurrido en los últimos meses, y las necesidades y propósitos para los siguientes.
Ha llegado el momento de dar a los autónomos el lugar que nos corresponde. Para ello, consideramos que una tarea prioritaria del Gobierno, para el año 2015, ha de ser respaldar a los autónomos, a las asociaciones que los representan y crear las condiciones que posibiliten una mayor fluidez en la actividad económica que desarrollamos y el empleo que generamos. Es muy importante conocer correctamente la realidad, para dar a cada uno el sitio que le corresponde y decidir con sentido.
Rafael Amor Acedo
Vicepresidente y responsable institucional de ATA Andalucía
@rafaelamor _ ata