El grupo GEA, una de las más importantes multinacionales industriales alemanas con cotización en el mercado secundario, está planteando realizar nuevas adquisiciones e inversiones en España. De esta forma, se ampliaría aún más la dimensión de un grupo empresarial que posee en la Península Ibérica diez centros de producción en Andalucía, Galicia, Cataluña, Madrid, o Lisboa, con una facturación conjunta de más de 170 millones de euros, y una plantilla directa de más 500 personas.

34526422El holding GEA en España está constituido por distintas empresas, como GEA Process Engienering, compañía dedicada a la ingeniería de procesos con partners de tanto prestigio como Pascual o Danone; GEA Farm Technology, cuya actividad fundamental es la extracción y gestión de procesos vinculados con los productos lácteos, con clientes como Puleva y Grupo Pascual, o GEA Refrigeration Technology, que trabaja en el área de la gestión de temperatura en procesos, intercambiadores de calor o torres de refrigeración.

El grupo también integra a GEA Food Solutions, centrada en la fabricación de plantas de manipulación de alimentos, macropicadoras, túneles de loncheado y envasado, que cuenta con clientes tan prestigiosos como El Pozo, Tarradellas, Palacios o Campofrío.

Además, GEA Westfalia Separator es la compañía enfocada a los procesos de fabricación de plantas de elaboración de alimentos, vino, aceite de oliva, aceites de refino, medio ambiente, biotecnología, leche, queso, cerveza, Energía, Marina. La firma cuenta con la confianza de empresas como Faustino, Puleva, García Baquero, Mahou, Nestlé, Ferrovial, Molino del Genil, La Unión, Migasa, Grupo de Prado, Grifols o Sovena entre otros.

Para el presidente de GEA Westfalia Separator Ibérica y único accionista del grupo GEA en España, Juan Vilar Hernández, “un grupo que dedica el 70% de su tecnología al diseño e ingeniería de plantas de elaboración de alimentos tiene asegurado el éxito en los próximos años. La limitación de los recursos agrícolas y ganaderos hace especialmente necesaria su optimización para ponerlos a disposición de los consumidores siguiendo los estrictos cánones que la seguridad agroalimentaria exige, a la vez de mantener todas sus calidades beneficiosas intactas”, señala.