Los datos de la última EPA alimentan la esperanza en la recuperación de nuestro mercado laboral: en 2014 se crearon 433.900 nuevos empleos. Además, la contratación a nivel general se incrementó en un 13%, según datos del SEPE, según un informe de la Fundación Adecco.

Las personas en riesgo de exclusión no sólo no han sido una excepción, sino que han experimentado un repunte en sus contrataciones superior al general, según se desprende del Servicio Público de Empleo Estatal. Así, las personas con discapacidad registraron un incremento del 19% y los mayores de 45 años también superaron la media general, con un incremento de 17%.

Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, “los mayores de 45 años han sido uno de los grupos más afectados por la destrucción de empleo, llegando a representar más del 40% de los desempleados. Por pura estadística y con la reactivación de la economía, ahora empiezan a recuperar lo que habían perdido. Las personas con discapacidad, por su parte, también sufrieron de manera evidente y directa los envites de la crisis, pero afortunadamente, y más allá de la ley que les ampara, las empresas empiezan a entender los valores extra que aportan a los equipos de trabajo: esfuerzo, motivación, sacrificio, etc. Todo ello hace que se estén integrando positivamente en la recuperación económica, superando el nivel de contrataciones que registraban antes de la crisis”.

A raíz de la crisis económica, las empresas están entendiendo que la gestión de la diversidad no es una moda ni un adorno sólo al alcance de las cuentas más saneadas, sino un imperativo que determina la capacidad de la empresa para afrontar nuevos retos y ser más competitiva.

Datos de la Fundación Adecco

La Fundación Adecco integró en el mercado laboral a 5.161 personas en riesgo de exclusión social. Los datos arrojan que han sido en su mayoría mujeres (67%), frente a un 33% de hombres.

En cuanto al grupo de edad, un 40% ha superado los 45 años. A pesar de que los demandantes de esta edad están copando la mayor parte del trabajo creado, no hay que olvidar que siguen enfrentándose a importantes prejuicios y estereotipos relacionados con una no siempre real desactualización de competencias.

Por otra parte, el nivel formativo del trabajador en riesgo de exclusión es, en su mayoría de estudios elementales (42%), seguido de un 18% con estudios secundarios y un 34% de Formación Profesional de Grado Medio. Sólo un 6% cuenta con estudios universitarios.

Los datos de la Fundación Adecco arrojan que el sector más habitual es el servicios (54,9%), siendo los puestos de administrativo, teleoperador y operario de limpieza los más habituales. El sector hostelería ocupa el segundo lugar (20,6%), repitiéndose profesiones como ayudante de cocina o camarero de pisos. También el sector industrial ocupa un lugar destacado (11,5%), con puestos como peón u operario de fabricación o producción.

El tipo de contrato más habitual que han conseguido las personas en riesgo de exclusión es el temporal por Acumulación de Tareas, con un 48,7%. El contrato en prácticas ocupa el segundo lugar, con un 24,8%, seguido de la sustitución, con un 5%.