Los cuatro años de conflicto armado están teniendo un efecto catastrófico en Siria. Un nuevo informe del Centro Sirio para la Investigación Política (SCPR), respaldado por la ONU, revela la desintegración económica y social que sufre el país.

Desde que estallara la guerra, la población siria se ha reducido un 15%. Casi cuatro millones de sirios han huido como refugiados y otro millón y medio han emigrado en busca de trabajo y seis millones, o casi el 40% de la población, se encuentran desplazados internamente en el país.

El informe asegura que el conflicto ha borrado todo el desarrollo humano que la comunidad internacional y la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) consiguió que alcanzaran los refugiados palestinos en los últimos 64 años.

La economía siria ha perdido en estos cuatro años más de 202.600 millones de dólares a través de la fuga de capitales, la destrucción masiva y una reducción del Producto Interno Bruto de casi 120.000 millones de dólares.

Como resultado de esta contracción, el país está plagado por un desempleo de 58%. Dos terceras partes de la población está sobreviviendo en la extrema pobreza y la mitad de los niños no ha ido a la escuela en los últimos tres años; muchos tienen que trabajar o pedir limosna para ayudar a que sus familias salgan adelante.

Las intervenciones humanitarias de las agencias de la ONU y otras ONG no dan abasto para atender las necesidades de los pobres y desplazados.

Otro dato que destaca el informe es la dramática reducción de más de 20 años en la esperanza de vida, que en 2014 descendió a 55,7 años, frente a los 79,5 años en 2010.

Sin embargo, el documento insiste en que pese a la situación dramática que vive Siria hay esperanza para revertir estas calamidades si el conflicto puede ser resuelto lo antes posible a través de un proceso político comprometido que pueda restaurar una percepción de seguridad, bienestar y recuperación para los afectados.