“África ha registrado un impresionante crecimiento económico en la última década, su capacidad para seguir avanzando y abordar los nuevos desafíos se fortalecerá mediante la inversión en salud, educación y participación en la sociedad de sus ciudadanos”, afirmó la Administradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Helen Clark en Abijan, capital de Côte d’Ivoire.

“Hay muchas razones para permanecer optimistas respecto a África”, manifestó Helen Clark. “Los ingresos en crecimiento constante han creado más oportunidades para transformar las economías y las sociedades, lo que allana el camino hacia una África emergente. El objetivo de esta emergencia debe también ser la búsqueda de una mayor felicidad”.

Helen Clark hizo estas declaraciones con ocasión de la inauguración de la ‘Conferencia Internacional sobre la Emergencia de África’, auspiciada por el Gobierno de Côte d’Ivoire en asociación con el PNUD, y que cuenta con el respaldo del Banco Mundial y del Banco Africano de Desarrollo. En la Conferencia se reúnen líderes mundiales y regionales, expertos e investigadores en el ámbito del desarrollo social y económico incluyente procedentes de todo el mundo, para compartir los conocimientos adquiridos con el fin de apoyar las estrategias y políticas sobre la emergencia.

La conferencia de Abidján ocurre en el contexto de un mayor impulso en el continente hacia la emergencia. Cerca de una treintena de países africanos han incluido el objetivo de alcanzar la condición de “emergentes” o “países emergentes” en sus estrategias nacionales de desarrollo. Esto está también en concordancia con el Programa de la Unión Africana 2063, que proporciona una vía para asegurar una transformación socioeconómica positiva dentro de los próximos 50 años, centrada en un continente más pacífico y próspero.

La previsión del Banco Africano de Desarrollo es que, en 2050, una “África emergente” habrá triplicado su contribución al PIB mundial, lo que hará posible que 1.400 millones de africanos formen parte de la clase media, además de reducir a una décima parte el número de personas que viven en la pobreza extrema.

“Se trata de perspectivas muy estimulantes”, afirmó Helen Clark. “Una África emergente garantizará que todos los africanos tengan las oportunidades que necesitan para mejorar sus vidas”.

Helen Clark expuso en términos generales una serie de medidas concretas que podrían adoptar los líderes, incluidas la reducción de las desigualdades; un mejor aprovechamiento del potencial de la juventud; la mejora de los medios de subsistencia; el freno a la degradación del medio ambiente; y la reducción de los agentes de conflicto e inestabilidad.

“África tiene el liderazgo y la visión necesaria para la emergencia”, concluyó. “Con compromiso hacia un crecimiento y una gobernanza incluyentes y sostenibles, con tendencia hacia una mayor igualdad y un aprovechamiento total del potencial de las mujeres, los jóvenes y, efectivamente, de todos los africanos, la emergencia va a producirse. El desarrollo humano y sostenible podrá triunfar”.