PENTAX DIGITAL CAMERADurante el primer trimestre de 2015, la economía prolongó la trayectoria expansiva del último año. De acuerdo con la información disponible, se estima que el PIB habría crecido en el período de enero‑marzo a una tasa intertrimestral del 0,8%, lo que situaría su tasa de variación interanual en el 2,5%.

Según el informe trimestral del Banco de España, esta estimación comporta una ligera aceleración de la actividad respecto al tramo final del año pasado, en un contexto en el que mejoró el entorno exterior y en el que se fortalecieron algunos de los factores que están impulsando el gasto interno en la etapa más reciente.

Este es el caso de la mejoría en las condiciones de financiación tras el anuncio y posterior puesta en marcha de la ampliación del programa de activos por parte del BCE, la depreciación del tipo de cambio del euro y la reducción del precio del petróleo.

Con este trasfondo, se ha revisado al alza el crecimiento estimado del PIB para 2015 hasta el 2,8%. Esta revisión de ocho décimas respecto a la proyección publicada en el Informe trimestral de diciembre se explica principalmente por el comportamiento más expansivo de las variables que conforman los supuestos en los que se basa la proyección, como se analiza en el epígrafe 4 de este informe. También ha influido el comportamiento más favorable del PIB al cierre de 2014 y al inicio de 2015.

Para 2016 se espera una continuación de la fase expansiva, con una tasa media anual del 2,7%, una décima inferior a la de 2015, pues se proyecta una cierta atenuación de algunos de los impulsos presentes en la actualidad. Los riesgos de desviación respecto a este escenario central se han tornado ligeramente al alza, aunque las incertidumbres no se han disipado completamente.

Excluido el componente energético, se espera que los precios de consumo experimenten un modesto repunte a lo largo del período considerado, en línea con el escenario de crecimiento sostenido del gasto de los hogares, la disminución del exceso de capacidad de la economía y la depreciación del tipo de cambio del euro.

 

La entidad señala que, frente al comportamiento expansivo de la demanda interna, la demanda exterior neta podría ejercer una aportación muy reducida o incluso levemente negativa al crecimiento intertrimestral del PIB, en un contexto en que los flujos de comercio exterior mantuvieron un tono débil al inicio del trimestre.

Aunque la información disponible es muy incompleta, cabe esperar que en el conjunto del trimestre se haya producido un fortalecimiento de las exportaciones, sustentado en el mejor comportamiento de los mercados exteriores y en la depreciación del tipo de cambio del euro. La evolución del turismo habría sido igualmente favorable, según los indicadores disponibles.