Sin título-3Entrevista a Luis Rey Goñi, vicepresidente primero de la Fundación Goñi y Rey y director del Colegio sevillano de San Francisco de Paula 

Agenda de la Empresa: ¿Cuál es su valoración de la Cumbre de Singularity University en Sevilla?

Luis Rey Goñi: Fantástica. La respuesta de la audiencia ha sido masiva y su satisfacción, unánime. Hemos acogido el evento más multitudinario de la historia de Singularity… No se podían imaginar una receptividad así ni en cantidad ni en calidad. Entre el público ha habido asistentes de casi treinta países y cuatrocientas organizaciones. Algunas personas que estuvieron en la cumbre de Ámsterdam hace cuatro meses afirman que ésta ha sido de otro nivel, que hemos logrado algo que no habían visto antes. Eso ha sido posible gracias a la implicación de las personas, de las autoridades, a las infinitas facilidades del Teatro de la Maestranza, que se ha volcado en el evento. Los sevillanos tenemos que estar muy agradecidos a todos los que han colaborado. También debemos ser muy conscientes del valor de este Teatro, de los profesionales que día a día hacen posible su andadura, pese a tantas dificultades. Creo que las posibilidades de Sevilla para mantener una relación permanente con Singularity University han crecido de manera muy notable en estas tres jornadas. Tenemos que seguir trabajando de manera continuada para establecer un modelo de colaboración en función de nuestras propias características y de nuestras propias fortalezas, y en virtud también de lo que SU nos pueda aportar.

A.E.: ¿Cree que se ha creado un caldo de cultivo?

L.R.G.: No tengo ninguna duda. El otro día cuando volvía a casa por la noche me paraban personas por la calle diciéndome cosas del tipo de “hemos oído”, “qué maravilla”, “nos ha llegado”, “qué bueno que esté en Sevilla”… y se tiene que quedar.

A.E.: ¿Cuáles cree que son las posibilidades de la ciudad?

L.R.G.: Va a depender de lo que hagamos a continuación. Nos hemos puesto en primera línea de salida, lo cual significa que si corremos bien, podemos llegar a meta. Si nos confiamos y nos sentamos porque ya estamos en cabeza de parrilla, nos pasará lo que a la liebre respecto a la tortuga en la conocida fábula. Hace falta generar la masa crítica imprescindible para que un proyecto de esta envergadura pueda cuajar. Traer la Cumbre ha sido una tarea muy ardua, pero abordable por un grupo de entusiastas: generar un vínculo permanente con una institución del calibre de Singularity University es harina de otro costal.

A.E.: ¿Cómo han acogido este evento las empresas?

L.R.G.: Muy bien. Hemos mantenido reuniones con la Cámara de Comercio, el Círculo de Empresarios de la Cartuja, la Confederación de Empresarios de Andalucía. De todos ellos hemos recibido un gran apoyo. Creo que han comprendido y me han llegado comentarios de muchas personas y muchos empresarios que han dicho: “esto se tiene que quedar”. Ahora hemos de pasar a los hechos.

A.E.: ¿Está Sevilla preparada para este cambio?

L.R.G.: Sevilla no es consciente de la evolución que experimenta. No lo parece, pero entre la ciudad de hoy y la de cuando era un niño cualquier similitud es pura coincidencia. Incluso el propio Giraldillo, que se sostenía por una barra de hierro del siglo XVI, ahora tiene sensores y gira en torno a un eje de acero inoxidable. No nos damos cuenta: Sevilla cambia, el mundo se renueva a una velocidad tremenda y podemos, o aprovechar esta oportunidad del modo más creativo y más enriquecedor posible, o ir a rastras y trompicones porque no seamos capaces ni diligentes. Vamos a seguir evolucionando, absolutamente y sin ninguna duda, y a un ritmo cada vez más rápido. Eso no es discutible. La cuestión es si vamos a hacerlo desde la sala de mandos o arrastrados.

A.E.: ¿Cuál de las ponencias ha sido la que más le ha llamado la atención?

L.R.G.: Honestamente, en esta Cumbre he podido asistir a pocas, porque he tenido muchas reuniones colaterales. En cualquier caso me resultaría muy difícil elegir una: si me deja señalar cinco o seis… Pero no puedo, son demasiado buenas. Me quedo con el comentario de una de las mentes más brillantes de España, de uno de los mejores y más galardonados catedráticos de la Universidad de Sevilla, que en un correo electrónico me decía: “Luis, en ningún congreso mundial he visto tantas ponencias de tanta calidad. Si una era buena, la siguiente era mejor”. Si eso lo dice uno de los mejores cerebros del país, comprenderá que yo no puedo elegir.

 

Inmaculada Sánchez