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Foto archivo/ONU Mujeres

El trabajo asalariado es una base fundamental para el fortalecimiento de la mujer “pero solamente cuando se trata de un ingreso decente ya que con mucha frecuencia esos empleos son de baja remuneración, de mala calidad y sin protección social”.

Es una de las conclusiones del informe de ONU Mujeres sobre la necesidad de transformar las economías para garantizar la igualdad de género que fue presentado simultáneamente en siete ciudades del mundo, incluyendo la ciudad de México.

Desde la capital mexicana, Luiza Carvalho, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, explica la importancia de ese estudio. “No podremos lograr estas políticas si no hay inversión, si no hay una determinación a nivel macroeconómico, si los países no deciden que es importante que los cambios que ellos pueden producir no van solamente diseñando e implementando políticas sociales marginales, pero tomando la cuestión de igualdad de género desde una perspectiva global”.

El informe subraya que el 75% del empleo de esa población es en el sector informal, sin cobertura social, especialmente en los países en desarrollo.

Además el promedio de la brecha salarial es del 24% a nivel global. Para América Latina es de un 20%. Por otra parte, las mujeres emplean 2,5 veces más de tiempo que los hombres en tareas domésticas y cuidado de familiares sin ser remuneradas.

Cambiar las economías

La agenda del fortalecimiento de las mujeres pasa por transformar los modelos económicos de los países, señala ONU Mujeres su estudio.

El informe destaca la importancia de reconocer y valorar el trabajo asistencial así como las labores domésticas no remuneradas. De acuerdo con ONU Mujeres este tipo de cambios fortalecerán la agenda global de igualdad de géneros y además permitirá la creación de millones de nuevos empleos.

El estudio destaca que en países en desarrollo hasta un 95% de las mujeres que trabajan lo hacen de manera informal, esto es, en tareas no reguladas, sin prestaciones y muy frecuentemente mal pagadas.

Presentado simultáneamente en diversas ciudades del mundo, el informe reconoce que en los últimos años ha habido avances en materia de los derechos de las mujeres en diversos países, pero puntualiza que globalmente solo la mitad de las mujeres participan en el mercado de trabajo, mientras en el caso de los hombres la proporción es de tres cuartas partes.