La siderurgia no integral es un sector valorizador de residuos. Y su actividad consiste en transformar la chatarra férrica en productos de acero para uso en múltiples sectores, tales como la construcción, industria automovilística, metal mecánica, etc. Se encuentra dentro del ámbito regulatorio de la Directiva IPPC, lo cual hace que sus aspectos ambientales estén claramente definidos en los correspondientes documentos BREF.

Este proceso industrial es una actividad demostradamente sostenible.

EOIFotoEspaña es pionera en el desarrollo y seguimiento de indicadores de sostenibilidad, habiendo desarrollado la marca Acero Sostenible, poniéndose así a la cabeza mundial en este ámbito. Han sido definidos 54 indicadores y más de 150 parámetros de seguimiento de la evolución de los aspectos Económico, Social y Medioambiental del proceso siderúrgico. Desde la Comisión Europea se ha impulsado recientemente un Plan de Acción del Acero mediante el que se pretende apoyar a la industria siderúrgica con medidas que consigan evitar la deslocalización de este sector fuera de Europa.

El proceso siderúrgico no integral se caracteriza por ser de alto consumo energético, por lo que necesita, para ser sostenible, costes que sean Competitivos, Predecibles y Estables; en la actualidad no se dan estas características, sino todo lo contrario.

Una de las apuestas medioambientales más significativas del sector es la valorización de las escorias como áridos reciclados tipo zahorra, habiendo sido obtenido en algunos de los áridos producidos el preceptivo marcado CE para su uso.

En cuanto a la emisión de GEI Gases de Efecto Invernadero, el sector se encuentra en el límite técnico de optimización, al venir éste ligado al consumo energético. Para las nuevas reglas del comercio de derechos de emisión que se están desarrollando para el periodo posterior al 2020, el sector necesita que no se penalice a las plantas más eficientes y solicita seguir siendo considerado como sector en riesgo de fuga de carbono.

El esfuerzo realizado por la siderurgia española y europea para cumplir, y en muchos casos, superar los estándares legales medioambientales, debe ser valorado por los gobiernos que imponen esos estándares y por la sociedad en general. Sobre todo porque en el mercado global en el que actúa la siderurgia y la mayor parte de la industria debemos competir con empresas radicadas en países donde no existe conciencia ambiental o en países que no han adoptado los compromisos más relevantes en la materia.

Por ello, la sociedad europea y española debe apostar para seguir disponiendo de una industria local comprometida con el medioambiente y para aumentar el peso de la industria en el panorama económico.

 

Carlos Sánchez Fransesch

Responsable de Departamento de Calidad, Medio Ambiente y Energía de Siderúrgica Sevillana, S.A.

Profesor del Máster en Gestión del Medio Ambiente en la Empresa de EOI – Escuela de Organización Industrial

@cfransesch