Ligar, desde el punto de vista más objetivo, consiste en negociar un acuerdo de colaboración en el que ambas partes ganan, respetando la “realidad” individual de cada uno. Algo muy similar a los acuerdos empresariales, sólo que exentos de sentimientos… ¿exentos de sentimientos?

Se han encontrado diferencias en la interacción entre empresari@s dependiendo del sexo (o inclinación sexual, mejor). Concretamente, las mujeres suelen ser más agresivas en la negociación con otra mujer, por regla general. Por otro lado suelen mantenerse más controladoras ante un varón. Las feromonas también influyen. El día de la ovulación (día 13-14 contando como cero el primero de la menstruación) la mujer segrega una sustancia (feromonas, copulinas) que, a pesar de ser inodora, puede ser percibida por el órgano vomeronasal del hombre (en el interior de la nariz) haciendo que determinadas zonas de su cerebro descarguen en el torrente sanguíneo un “chute” de feniletilamina, oxitocina, dopamina y otras lindezas que le hacen ver la vida de “color rosa”. ¡Para colmo son adictivas!

Por tanto, bueno es estudiar algunas de las técnicas que utilizamos en el flirteo para extrapolar y aprender a negociar. El entrenamiento merece la pena.
Según un estudio del Departamento de Psicología Social de la Universidad Complutense de Madrid, la mujer es más reacia a tener sexo de una noche si no existe también una atracción sentimental. El hombre es más dado a mantener relaciones con mujeres diferentes, puesto que lo importante es el momento de placer. Lo que sí quedó claro es que empiezan a ligar los dos, pero quien decide si se lleva a cabo la relación es, casi siempre, ella.

En esto del ligue y del amor no se puede generalizar. Puede haber tantas técnicas como personas; aunque los expertos dan algunos consejos:

Conversación. Al principio, no hables de cosas profundas, ni difíciles, excepto si compruebas que la otra persona es una intelectual con adicción al conocimiento.

Humor. Haz reír, es el mejor afrodisíaco. Especialmente, ríete de ti mismo.

Piropos. Hazlos únicos para la otra persona. Dile algo bonito que no pudieras decir a cualquiera. Los piropos exagerados provocan desconfianza. Sé honest@. Si no encuentras nada bonito que destacar, mejor te callas… No adules lo que lleva puesto. Destaca cómo lo lleva puesto.

Hacerse valer. Hazte indispensable y luego quita de golpe todo el interés, cuando menos lo espere. Decía Baltasar Gracián en ‘El Arte de la Prudencia’: “Hacerse indispensable. Más se saca de la dependencia que de la cortesía; el satisfecho vuelve inmediatamente la espalda a la fuente. La primera lección de la experiencia debe ser entretenerla, pero no satisfacerla; así se conserva la dependencia que los demás tienen; incluso la del Rey”.

Impredecible. Nunca mantengas un comportamiento predecible, tienes que ser cambiante. “Confundir a los contrincantes significa actuar de tal manera que les impida mantener la mente en calma. Intenta varias maniobras según la oportunidad del momento, haciendo pensar al contrincante que ahora vas a hacer esto, después lo otro, y a continuación algo distinto, hasta que veas que empieza a estar desconcertado, y así ganar a voluntad”. ‘El Libro de los Cinco Anillos’ (Miyamoto Musashi).

Simula una retirada. Cuando veas que empieza a mostrar interés simula una retirada y finge indiferencia. “La ausencia disminuye las pequeñas pasiones e inflama las grandes, al igual que el viento apaga una vela y atiza un fuego”. Rochefoucauld.

Sorpresa. Ten detalles inesperados pero no l@ agobies con obsequios.

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