Aunque se comienza a hablar de una “recuperación inmobiliaria significativa”, los datos sugieren que es más preciso referirse a una “estabilización” del sector, de forma que no parece probable que los riesgos del pasado, que desembocaron en una burbuja inmobiliaria, estén presentes en la actualidad.

El último número de Cuadernos de Información Económica, editado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) y titulado “Estabilización y saneamiento inmobiliario”, señala que el incremento del número de hipotecas sobre vivienda, el aumento del nuevo crédito y las transacciones de venta muestran crecimientos que se explican por las bajas cifras de partida, muy lejos del volumen de operaciones que se realizaron cuando el mercado estaba en plena efervescencia.

La conclusión a la que llegan Santiago Carbó y Francisco Rodríguez en su artículo es que el mercado inmobiliario ha entrado en una fase de estabilización y apunta hacia una mayor contribución al crecimiento, más moderada que en los años anteriores a la crisis pero más acorde con su participación natural en la estructura productiva de España. Tampoco la evolución de los precios permite sostener que se esté produciendo un repunte significativo ni sostenido. Aunque se observen ligeros aumentos, están marcados por un comportamiento irregular.

El mercado inmobiliario también centra el artículo de José García Montalvo, que coincide en la idea de que lo que está sucediendo en el sector es un retorno a la normalidad tras unos años de bajísima actividad, y que aunque los signos son positivos todavía estamos alejados de una situación de expansión excesiva.

García Montalvo repasa los diferentes aspectos del saneamiento inmobiliario de los balances bancarios españoles -descenso de la morosidad, transmisión de las plataformas inmobiliarias de los bancos, venta de créditos y activos adjudicados, e irrupción de las SOCIMIS- y recuerda que es a partir de 2012 cuando el proceso de saneamiento del sector bancario se acelera con la venta de activos no estratégicos, como empresas de recobro y plataformas inmobiliarias.

En una segunda fase llega la venta de carteras de préstamos problemáticos, participaciones en inmobiliarias, participaciones en préstamos sindicados, o préstamos individuales a inmobiliarias con problemas financieros y venta de adjudicados. Mientras la venta de créditos está reduciendo significativamente el riesgo inmobiliario de los bancos, la venta de inmuebles avanza más lentamente, haciendo que el stock de adjudicados inmobiliarios aumente todavía.

En una tercera fase, que comenzó a finales de 2014, se ha detectado que algunas entidades han reducido el ritmo de venta de sus inmuebles e intentan movilizar suelo adjudicado liderando promociones en localizaciones de alta demanda. Las viviendas vendidas por los bancos representaban un 24,5% del total de compraventas en el primer semestre de 2014, porcentaje que en 2015 ha caído al 23%.

El autor resume que en marzo de 2015 el crédito a la construcción y actividades inmobiliarias representaba el 29% del crédito productivo total, habiendo perdido 21 puntos desde el máximo de 2007, lo que corrobora la importante reducción del riesgo bancario en ese sector.

En conjunto, el crédito a la construcción, actividades inmobiliarias y financiación a la vivienda para los hogares llegó a representar en torno al 100% del PIB en 2008. En marzo de 2015 esta proporción era del 70%.