La tendencia de las variables observadas a la fecha de cierre del informe que el observatorio económico que realiza el servicio de estudios del BBVA (BBVA Research) indica que la economía española se desaceleró durante el tercer trimestre de 2015.
Con cerca del 90% de la información para el 3T15, el modelo MICA-BBVA estima que el crecimiento trimestral del PIB se habría situado cerca del 0,7%. Este incremento trimestral implica que la economía habría crecido entre el 2,5% y el 3,0% en tasa anual, frente al 4% del trimestre anterior.
El menor crecimiento de la actividad se habría visto acompañado por una notable disminución en el ritmo de creación de empleo lo que, previsiblemente, habría dado lugar a un aumento de la productividad del factor trabajo.
La desaceleración de la demanda se puede explicar en parte por el agotamiento del impulso de algunos factores (tipo de cambio, política fiscal) y a un entorno exterior menos favorable. A este último respecto, destaca la moderación del crecimiento global (principalmente en China), el consiguiente retraso en la normalización de la política monetaria en varias economías (especialmente, en EE. UU.) y el aumento de la volatilidad en los mercados financieros y de materias primas.
Con todo, desde el informe señalan que “sigue habiendo elementos que favorecen al crecimiento”. A nivel externo, sobresalen la política monetaria expansiva del BCE y el bajo precio del petróleo. A nivel doméstico, el avance realizado en la corrección de los desequilibrios internos y las reformas llevadas a cabo continuará estimulando la recuperación en el medio y largo plazo.
Así, se mantiene la valoración sobre la evolución de la actividad contemplada en el escenario central de BBVA Research para el bienio 2015-2016 (3,2% en 2015 y 2,7% en 2016), “si bien el sesgo sobre estas previsiones es a la baja”.
Tercer trimestre
La información disponible para el 3T15 sugiere que, aunque la mayor parte de los componentes de la demanda habrían registrado un menor crecimiento que en 2T15, la composición del gasto podría haber sido relativamente similar.
En lo que respecta a la demanda doméstica privada, los indicadores parciales de coyuntura (matriculaciones, comercio al por menor, confianza de los agentes, PMIs y registros del mercado laboral) sugieren que el consumo privado y la inversión en maquinaria y equipo podrían haberse mantenido a la cabeza del crecimiento, si bien con tasas inferiores a las observadas en el primer semestre del año.
Por su parte, la mejora de los determinantes sigue afianzando el cambio de ciclo tanto de la oferta como de la demanda residencial, de forma que la inversión en construcción y en vivienda habría continuado creciendo al arranque del segundo semestre.
Por el lado de la demanda externa, las variables de gasto (balanza comercial y ventas exteriores de grandes empresas) y expectativas (cartera de pedidos) indican que las exportaciones no turísticas continuaron expandiéndose, a pesar de que el deterioro del entorno global apunta a una pérdida gradual de dinamismo a lo largo del trimestre.
Por el contrario, la tendencia de los indicadores vinculados al consumo de no residentes en el territorio nacional (entradas de turistas extranjeros, pernoctaciones hoteleras y gasto turístico) confirma un comportamiento positivo durante todo el periodo estival.