La subcapitalización de las empresas en nuestro país es una característica que define a muchas de ellas. Un ejemplo son las Sociedades de Responsabilidad Limitada que, constituidas con el mínimo capital requerido por ley, 3.000 euros, en muy pocas ocasiones llevan a cabo ampliaciones del mismo acorde con sus dimensiones.

Es en época de crisis como la que estamos atravesando, cuando podemos apreciar con nitidez cuán errónea es esta medida, que encuentra su única resolución en el aporte de financiación.

foto castellsUno de pasos por los que más suele decantarse el propietario de la entidad es la desinversión para obtener financiación de activos con poca rentabilidad o rentabilidad negativa, una decisión que implica el gran problema de que son bienes limitados. Es por ello que el empresario, sea cual sea la dimensión de su empresa, suele dar el salto al segundo paso, mencionado en el anterior párrafo: aportar financiación es la única alternativa, que suele realizarse de forma mixta, por un lado la aportan los socios antiguos o nuevos a través de una ampliación de capital, y por otro se realizan acuerdos de refinanciación de la deuda con los acreedores (especialmente los financieros).

Encontramos en diferentes empresas del IBEX35 ejemplos de estas medidas que buscan salvar la situación de déficit de financiación o exceso de apalancamiento. OHL, por ejemplo, cerró a finales de octubre de este año una ampliación de capital de 1.000 millones de euros que ha supuesto la entrada de nuevos accionistas, con previsiones de destinar 632 millones de euros para reducir el endeudamiento y unos 340 para financiar compromisos de capital sobre nuevas concesiones.

Otro ejemplo de esta tendencia la protagoniza Abengoa, que el pasado 1 de agosto también anunció una ampliación de capital y actualmente está manteniendo acuerdos para refinanciar su deuda. Además, durante estos días se ha comunicado la posible incorporación de un nuevo accionista, Corporación Financiera Gonvarri, que vendría a ocupar sillones en el Consejo de Administración que hasta la fecha ocupaba la familia Benjumea.

Con previsiones futuras, FCC tiene previsto realizar una nueva ampliación de capital de unos 500 millones de euros para reducir su deuda y refinanciar su pasivo. Esta compañía ya amplió su capital en 1.000 millones de euros hace cerca de un año, lo que supuso un cambio significativo en la composición accionarial de la entidad.

Del presente escenario se concluye, pues, que el empresario se encuentra en la tesitura de tener que afrontar un nuevo esfuerzo financiero, que en ocasiones supondrá una aportación de fondos desde su patrimonio particular. Es importante que valore en qué medida es necesaria esta actuación y, en caso afirmativo, redefinir la empresa mediante un plan estratégico,abordando, de ser necesario, desinversiones o ceses de actividades no viables.

La entrada de nuevos socios puede valorarse como una oportunidad para el relevo generacional y, en cualquier caso, es importante intentar que las entidades financieras participen en dichas medidas mediante la asunción de un acuerdo de refinanciación. La Ley Concursal española, tras todas las modificaciones que ha soportado en los últimos meses, es una buena herramienta para ello ya que, incluso con determinadas mayorías, puede forzar el acuerdo arrastrando a acreedores financieros con garantía hipotecaria.

 

Jordi Castells

Economista y socio de Insolnet Soluciones Concursales