Los humanos somos seres sociales que necesitamos del contacto y del aprecio de los demás. Además, como el 60% de nuestras vidas lo pasamos trabajando, ya sea en casa o en la empresa, el trabajo en equipo y el entendimiento dentro del grupo se hace necesario. Pero, ¿sabemos trabajar en equipo?

Habría que aclarar la diferencia entre trabajar en grupo y trabajar en equipo. Lo primero supone que cada uno hace su tarea, pero sin tener en cuenta el esfuerzo de los demás; es decir, un grupo de personas que trabaja yendo  "cada uno a lo suyo".  Sin embargo, trabajar en equipo no es la mera suma de las aportaciones individuales. Dos más dos no son necesariamente cuatro. Si se conectan bien las "sinergias" de sus miembros el resultado podría ser cinco. Si hay bloqueos, puede ser tres.

Trabajar en equipo es un modo de ser y de relacionarse entre las personas; un estilo basado en la confianza y la comunicación; asumir la actividad del equipo como propia y entender el conflicto como una oportunidad para enriquecer el capital intelectual del grupo.

Cada vez se le da más importancia al trabajo en equipo y, sin embargo, no siempre sabemos hacerlo. Más bien, trabajamos en grupo. Por suerte, en las últimas décadas se está destacando la concienciación sobre el factor humano en el ámbito empresarial. De hecho, uno de los galardonados con el premio Nobel de Economía en el año 2002, Kahneman, es un catedrático de psicología cuyas investigaciones han girado en torno a la toma de decisiones en el liderazgo de equipos en situaciones de inseguridad e incertidumbre.

Para crear equipo es necesario seguir una serie de consejos: hacer equipo es comunicar con cada persona, es muy importante mantener siempre una actitud positiva y aprender a resolver los conflictos. Esto debe ser misión del responsable del equipo, que además deberá favorecer las relaciones entre los integrantes y dar su lugar a cada uno, aclarar a todos qué es lo que se espera del equipo, hacerles sentir que cada uno de los integrantes es adecuado para la tarea que se le asigna, que su trabajo es importante para la organización y que tiene todas las herramientas, libertad de movimientos y poder necesarios para lograr los objetivos. Cada uno de los miembros del equipo debe sentirse responsable de los frutos obtenidos. La organización debe encargarse de que cada uno de sus equipos de trabajo reciba el reconocimiento adecuado. En cuanto a los errores, no debe permitirse que los miembros del equipo teman a las represalias. Si es así, se estarán negando posibles soluciones a problemas planteados.

Por otro lado, cada uno de los miembros debería hacer una reflexión y autocrítica haciéndose preguntas como: "Cuando entro a trabajar, ¿saludo a mis compañeros de manera personalizada?", "¿Me relaciono exclusivamente con una parte del equipo o converso con la mayoría?", "En momentos de ocio, ¿hablamos exclusivamente del trabajo?". Todos deben entender que el trabajo en equipo empieza por la concienciación individual.

Todas las personas deseamos, por lo general, ser eficaces en nuestros trabajos y ser reconocidos por jefes y compañeros como buenos profesionales. Esta motivación existe y, sin embargo, raras veces puede desarrollarse de manera plena. ¿Por qué? Las quejas más comunes son: "El jefe no tiene en consideración mis ideas", "Los compañeros sólo piensan en sus propios intereses", "Estamos desorganizados", "Si el jefe no se preocupa, ¿por qué iba a hacerlo yo?". En definitiva, excusas para tratar de justificar lo injustificable.

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