El 30 de junio será una fecha que no olvidaré, ese día dejaba mi puesto en una consultoría informática, fundaba un estudio web junto con Miguel, y ese mismo día Bill Gates dejaba Microsoft definitivamente, me gusta mucho esa coincidencia: los dos abandonamos un trabajo cómodo, pero que reportaba pocas satisfacciones.

He seguido la trayectoria de M$ desde sus orígenes y la figura de Bill Gates, personaje que puso cara a aquellos locos por la informática de los 80 (la comunidad Linux saldría a la superficie más adelante). Bill era el novato de la película, el que cumplió el sueño, el chico travieso que había llegado arriba, lo hizo a su manera, y le fue bien, hasta finales de los 90, bastante bien. Me alegró entrañablemente que se retirara, me satisface haber visto el cénit y ocaso de Bill, él fue necesario en su día como también lo era que se fuera.

Supongo que muchos también estaban esperando que lo hiciese, tras los infructuosos y criticados intentos de comprar Yahoo desesperadamente, la incapacidad del gigante para subirse a la red, sus relaciones con los Gobiernos, las licencias, su carrera anti estandarización, la lucha contra la comunidad abierta. En resumidas cuentas, ahora los novatos son otros, ya no los ficha la policía de carretera conduciendo sin carné, ni quieren poner un PC en cada casa, los novatos de ahora salen de un trabajo basura versión 2.0, no tienen carné, van en cityway oyendo música y cazando fotografías en un iPhone para colgarlas en su red social. Para los nuevos novatos Bill es de otra escuela, e internet es otro curso con diferentes libros de texto.

Me alegró que se retirara el día que yo dejaba una consultoría informática, -y no porque esa empresa fuera partner de M$- sino más bien por la sensación de cambio de ciclo, poder decir: se fue Bill, sigamos con lo nuestro, no nos preocupemos ya por M$. Ni M$, ni Steve Ballmer -CEO actual- tienen posibilidades en la red sin Bill. Ni mucho menos lo afirmo porque tuviera él todo el known-how de la empresa de Redmon, me refiero a la referencia mediática, generacional y testimonial que es su figura. M$ no sólo es una gigantesca corporación mundial, también son caras, es el rostro de Bill Gates. En internet las caras son muy importantes porque escasean. A empresas como Apple probablemente sí, pero ¿le podría poner cara a Google? ¿Y a Yahoo? ¿Y a Myspace? Las personas, como reza el lema de esta revista: herramientas, instrumentos y personas para dirigir la empresa.

M$ no tenía ya de por sí ninguna presencia en internet, ningún hito reconocible, -Facebook tiene más influencia que M$- y ahora que ya no podemos asociarlo con Bill Gates, para mí se desvanece, no tiene rostro, ya no pienso en M$ si Bill está en su casa, la empresa desaparece junto con Bill.

Bill, tu pupitre se quedará vacío, pero este curso empezamos sin ti. Cuídate.

vicente@estilovirtual.com