Sigmund Freud fue pionero en hurgar en los entresijos de la mente poniendo en evidencia la existencia de una "vida paralela" oculta en la sombra del inconsciente. Freud proponía diferenciar entre el Ello (inconsciente o parte más primitiva de la mente desde donde surgen los impulsos que siguen el principio del placer), el Yo (consciente o zona de razonamiento más cercana a la actuación social) y Super-Yo (parte más represiva basada en la moral y la educación recibida de los padres y de los organismos de socialización).

Pues bien, del mismo modo que el psicólogo clínico practica el psicoanálisis con su paciente siguiendo esta división sinérgica, el psicólogo industrial puede emplear el "Psicoanálisis Empresarial" como terapia en su empresa-paciente. En tal caso, el Ello estaría representado por las relaciones informales entre el personal (liderazgo informal, conflictos interpersonales e interdepartamentales, sentimientos de pertenencia al grupo, motivación, etc.), el Yo vendría definido por la situación de la empresa en el mercado, su posicionamiento, estabilidad, estado de cuentas, relaciones formales y jerarquías, etc. y, por último, el "juez" de la superconsciencia o Super-Yo lo pondría el mercado laboral en el cual se situaría la empresa en cuestión. Toda esta argumentación teórica se entiende mejor con un ejemplo:

La empresa "Ejemplo S.A.", dedicada a la comercialización de vinos y licores está atravesando su mejor momento en el mercado puesto que se han abierto nuevas vías de comercialización y sus productos tienen gran aceptación, aumentando cada año su cartera de clientes. Sin embargo, desde hace unos meses se vienen recogiendo numerosas quejas de clientes que no reciben sus pedidos a tiempo o les llegan equivocados. El moderno servicio Posventa ha captado la anomalía y ha encendido la luz de alarma comunicándoselo al gerente. Al ser ésta una empresa que está buscando posicionamiento, la fidelización de clientes es un factor importantísimo para garantizar su continuidad en el mercado, por lo que el gerente toma cartas en el asunto y decide investigar por sí mismo el caso.

Como buen profesional de la dirección, entrevista uno por uno a los jefes de departamento tratando de hallar una explicación. Sus pesquisas no encuentran otra razón que la dejadez de los operarios encargados del almacén y punto de carga, así que una amonestación al personal a través del jefe del departamento le parece la solución más adecuada al conflicto.

Sin embargo, al cabo de unas semanas se repiten las quejas de clientes por lo que el gerente se dirige de nuevo a los "causantes" y trata de hablar con ellos intentando hacerles comprender el perjuicio que esos errores originan a la empresa. Los empleados asienten y se comprometen a solucionar el problema, pero al poco tiempo vuelven las quejas y la pérdida de clientes.

Desesperado, el gerente solicita la ayuda de un consultor externo especializado en Psicología Industrial y Desarrollo Organizacional. Éste, después de estudiar la posición actual de la empresa en el mercado y una vez entrevistados los jefes de departamento para conocer la situación interna, empezó a entrevistar a los empleados asegurando la confidencialidad y reserva de sus conversaciones.

Aunque al principio el personal era reacio a sincerarse, a medida que avanzaba la intervención comprendieron que podían confiar en el consultor y que reconocer su verdadera situación y punto de vista sobre la empresa redundaría en beneficio de todos. Fue así como el consultor constató la existencia de un conflicto interno entre el jefe de departamento y los empleados. Conflicto que permanecía oculto en unas aparentes buenas relaciones de las que nadie, ni siquiera el propio encargado, había dudado nunca.

Suele ocurrir que un mando intermedio con grandes conocimientos técnicos pero con baja Inteligencia Emocional pueda carecer de las Habilidades Directivas necesarias para motivar a su personal, hasta el punto de que a veces el equipo llega a oponerse inconscientemente a realizar tareas que, en cualquier otras circunstancias, harían con agrado. Por supuesto, al tratarse de un conflicto no reconocido, no puede ser detectado por la gerencia, aunque exista un nivel de confianza y comunicación alto.

El ejemplo ha sido extraído de un caso real en el que el Psicoanálisis Empresarial jugó un importante papel tanto para encontrar la raíz del problema como para su posterior solución a través del Coaching o entrenamiento personalizado.