Andalucía y Extremadura, además de ser regiones vecinas, tienen otras muchas cosas en común; unas buenas y otras menos buenas. Por ejemplo, en lo que a tecnología se refiere, el consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo, aseguró recientemente que tanto Andalucía como la Junta de Extremadura “lideran claramente el apoyo al software libre en España e incluso en Europa, porque ambas defienden una estrategia que no consiste solamente en hacer eventos o impulsar actividad sino ejercer con su propio software”.

Por otro lado, sólo Extremadura y Andalucía fueron las regiones españolas que en 2002 tuvieron un Producto Interior Bruto por habitante inferior al 75% de la media de la UE; es decir, que cumplen el límite para estar incluidas en la categoría Objetivo 1 que percibe fondos estructurales. Según las cifras de la Oficina Europea de Estadísticas (Eurostat), Andalucía y Extremadura son las dos regiones más pobres de España.

Incluso en temas políticos, hay partidos que proponen que Extremadura y Andalucía “tienen que ser el contrapeso a los nacionalismos”. Javier Arenas hizo hincapié en un aspecto común entre ambas regiones, y es que, dice Arenas: “si bien sus habitantes están orgullosos de ser extremeños o andaluces, también lo están en la misma medida de ser españoles”.

Pero dejando a un lado los siempre conflictivos temas políticos, lo cierto es que andaluces y extremeños tienen mucho en común; hasta el punto de considerar, en muchas ocasiones, a Extremadura como una prolongación de Andalucía y a la inversa. Y para quien piense que una gran diferencia está en las playas y riberas, debe saber que Extremadura es la región española con más kilómetros de costa (1.500 Km de costa interior).

Por eso, aprovechando estas vacaciones, no estaría de más visitar y conocer esta región hermana que esconde zonas tan curiosas como La Siberia Extremeña. Conocida también como la Comarca de los Montes, es el territorio que ocupa el extremo nororiental de la provincia de Badajoz. Está situada en una encrucijada estratégica que limita con Toledo, Ciudad Real, Córdoba, Badajoz, Guadalupe y Trujillo.

La Siberia recibió este nombre por su alejamiento de la capital provincial y de los centros administrativos. En sus 2.736 kilómetros cuadrados de superficie viven unas 28.000 personas. Su densidad, de poco más de diez habitantes por kilómetro cuadrado, es la más baja de Extremadura. El Guadiana la atraviesa por el centro de este a oeste. Los embalses más destacados, que le dan el nombre de ‘Costa Dulce’, son los de Puerto Peña, Cíjara, Zújar y Orellana. El paisaje predominante es la penillanura de grandes dehesas, donde domina la encina, el árbol icono de Extremadura.

Es, precisamente, a este entorno virgen y tan similar al medio andaluz, hacia donde empieza a derivar el Turismo de Negocios e Incentivos en busca de nuevas sensaciones, recuperando así del recuerdo oficios como el de los pastores de majadas, en otros tiempos ensalzados por la Mesta; y tareas como la siega, la trilla, la matanza; o fiestas típicas como romerías y verbenas.

Surge así otra manera de diversificar la explotación de recursos naturales y culturales, ya no sólo a través del emergente turismo rural, sino que, utilizando como plataforma lúdica este tipo de actividades rústicas, desarrollando un turismo formativo en el que lo tradicional y añejo se convierte en un factor estimulante y motivador.

Extremaluces y andameños seremos pioneros también en este tipo de tecnología humano-empresarial.

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