La inversión extranjera productiva, que excluye las Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros -ETVE-, alcanzó en 2015 los 21.724 millones de euros, un 11% más que en 2014 (19.580 millones), de acuerdo con los datos del Registro de Inversiones Exteriores del Ministerio de Economía y Competitividad. Este dato es el quinto mejor desde el año 2000 y apunta a la consolidación del cambio de tendencia iniciado en 2013 hacia la recuperación de la inversión productiva extranjera.

​En términos netos (inversión bruta menos desinversión), el aumento de la inversión productiva fue del 7,9%, y alcanzó los 16.184 millones de euros (15.000 millones en 2014). La desinversión productiva alcanzó los 5.541 millones de euros, un 21% superior a la registrada en 2014 (4.580 millones de euros). El incremento de la desinversión se explica en buena medida por tres operaciones puntuales que tuvieron lugar a lo largo del año. Descontando dichas operaciones, la desinversión productiva se habría reducido en un 34% con respecto al año 2014, de manera que no se trata de un proceso generalizado de desinversión.

La buena marcha de la inversión productiva prácticamente compensó la caída en el apartado ETVE (971 millones en 2015 frente a 1.126 millones en 2014, descenso del 13,7%), si bien esta última inversión no es representativa a efectos de crecimiento y empleo. De esta forma, la inversión extranjera bruta total en participaciones de capital en empresas residentes en España en 2015, incluyendo ETVE, sumó 22.695 millones de euros (+9,6% interanual), frente a los 20.705 millones de 2014.

En un desglose por tipologías de inversión, la inversión extranjera productiva total (excluye las Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros -ETVE-) representó un 95,7% de la inversión bruta total y se concentró prácticamente en su totalidad en sociedades residentes no cotizadas en mercado bursátil.

En este período, excluyendo ETVE, la inversión se concentró en un 65,4% en la llamada nueva producción o ‘Greenfield’ (14.212 millones de euros), esto es, en ampliaciones de capital y, en menor medida, nuevas constituciones. Las adquisiciones de sociedades ya existentes recibieron el 34,6% restante de la inversión (7.512 millones de euros, incremento del 113,2%).