Entrevista a Mikel Sánchez Ponte, responsable de Tecnología, Instrumentación & Smart Systems de Tecnalia

Agenda de la Empresa: ¿Podría hablarnos de Tecnalia?

Mikel Sánchez Ponte: Tecnalia es el centro más grande de investigación tecnológica a nivel estatal. Es un centro que cuenta con entre 1.400 y 1.500 personas, investigadores en un 80%, entre los que hay un importante número de doctores. Fundamentalmente, la actividad que realiza gira en torno al desarrollo de tecnología. Se sitúa en un nivel de tecnología medio entre la universidad y la empresa. Nuestra misión es convertir la ciencia en tecnología y transferirla a la empresa.

A.E.: ¿En qué ámbitos desarrolla su actividad?

M.S.P.: Estamos divididos en siete áreas. Cinco de ellas son tecnológicas: energía y  medioambiente, construcción sostenible, salud, industria y transporte y la última sería ICT – European Software Institute, en torno a las tecnologías de la información. Yo pertenezco a la división de industria y transporte.

A.E.: ¿Qué opina de la Industria 4.0?

M.S.P.: La Industria 4.0 es un ámbito en el que muchas empresas ya venían trabajando, incluido  Tecnalia. Es una marca que se patenta en Alemania en torno a 2012. Los alemanes pusieron marca a un término que aborda lo que venía siendo una tendencia, la introducción de las TIC en las plantas industriales. ¿Por qué? Esta marca tiene dos objetivos muy claros. El primero de ellos sería aumentar la eficiencia operativa hasta al extremo. No sólo a los procesos productivos que ocurren dentro de la planta, sino a toda la cadena de suministro de la empresa: la relación con los proveedores, cómo esa empresa vende a sus clientes y está en contacto con ellos a través de sus productos… con el fin de ganar en eficiencia y competitividad. El segundo gran pilar de la Industria 4.0 es el de generar un producto de mayor valor y aquí es donde quizás entra la diferenciación. Hay una tendencia a intentar traer la capacidad de fabricación aquí y eso se justificaría fabricando productos de más alto valor y menor tirada. Para obtener mayor volumen los países asiáticos ya están a la cabeza y ahí tenemos menos competitividad. Si somos capaces de fabricar mejores productos, de mayor impacto, con mayor flexibilidad y grado de customización para los clientes, tendremos éxito.

A.E.: ¿Cómo definiría el papel de Tecnalia en la Industria 4.0?

M.S.P.: Como centro tecnológico, Tecnalia tiene varios papeles dentro de ese panorama. El primero de ellos casi es un poco divulgativo o de orquestación, al menos en estas primeras etapas en las cuales el tejido empresarial tampoco sabe muy bien qué es la Industria 4.0 y a qué responde. Hay una serie de tecnologías que Tecnalia está trabajando, pero las empresas lo que quieren saber es qué es Industria 4.0, cómo caminar hacia ella y cómo aplicarla a su empresa. Ejercemos la labor de aterrizar esos conceptos sobre el tejido empresarial y ayudar a esas empresas que quieran caminar hacia este paradigma. Para ello, pusimos en marcha una herramienta de diagnóstico de Industria 4.0 por medio de la cual le decimos a las empresas cómo de integradas están en la Industria 4.0 y, a partir de ello, les ofrecemos un servicio de manera que tengan una guía para poner en marcha y caminar correctamente hacia ese paradigma.

A.E.: ¿En qué consiste esta herramienta de diagnóstico?

M.S.P.: Es una pequeña herramienta de consultoría tecnológica. Un pequeño cuestionario que analiza siete atributos que debería de cumplir la empresa para formar parte de la Industria 4.0: cómo de conectada se encuentra, en qué punto de automatización se sitúa, cómo de flexible, inteligente, social y ecosostenible es, y la smartización del producto generado. Analiza la empresa en estos siete ámbitos con una serie de preguntas y visitas. A través de este mecanismo podemos dar un ligero y fácil diagnóstico sin perturbar demasiado a la empresa en su ejercicio.

A.E.: ¿Podría comentarnos algunos de los proyectos que lleva a cabo Tecnalia en el ámbito de la Industria 4.0?

M.S.P.: En Tecnalia llevamos a cabo proyectos en diferentes ámbitos. Por ejemplo, en el ámbito de la maquinaria trabajamos para que las máquinas estén conectadas. Aplicar el IoT al sistema industrial y convertirlo en un sistema ciberfísico. Para ello, ponemos sensores para ver el funcionamiento de trabajo. A partir de estos parámetros físicos, tenemos una representación virtual de la máquina y sobre estos datos podemos trabajar y hacer un análisis del funcionamiento de la máquina con el fin de resolver problemas y que el fabricante de esta máquina pueda dar un servicio de mantenimiento preventivo. Asimismo, a partir del análisis de estos se podría mejorar la funcionalidad de la máquina para optimizar los procesos. Con respecto a la producción, la Industria 4.0 trabaja por la eficiencia y, para ello, hay que ver de qué modo podemos obtener un ahorro en la industria como es el caso de la eficiencia energética. Consumir menos energía o menos materia prima para hacer el mismo producto  con la misma calidad. Para ello, es necesaria la monitorización. En este caso, monitorizamos consumos eléctricos en distintos puntos. A partir de la recogida de esos datos, tendríamos una visión de qué elementos consumen más energía, cuándo y cómo para poder conseguir un mayor ahorro energético. Asimismo, con respecto a la seguridad laboral de los operarios, trabajamos con sistemas de localización de interiores, es decir, sistemas que nos dicen dónde están los operarios en cada momento y si la localización en la que se encuentran puede traer algún peligro con el fin de evitar la siniestralidad laboral.

A.E.: Desde el punto de vista de la Industria 4.0, ¿cuál es la situación de España?

M.S.P.: Te puedo dar una visión a nivel nacional comparando la situación en el País Vasco, la cual conozco muy bien y tiene un carácter industrial particular, con el resto de España. El sector de la Industria 4.0 es una relación de confianza entre las TIC y el sector industrial. La diferencia radica en la capacidad que tienen las empresas, sobre todo las industriales. La empresa en el País Vasco es la que pone en marcha productos de innovación y la que se preocupa por saber más… lo que acompañado de la acción del Gobierno vasco crea un cultivo positivo. De este modo, tira más el sector industrial que el TIC. Por el contrario, en España percibo que es al revés. El sector TIC tiene mucha más potencia, es capacidad ofertante pero adolece de la captación de esa tecnología por parte del segmento industrial. Ahora mismo se está empezando a promocionar el término pero la empresa TIC es la que más empuja. Aun así,  hay sectores a nivel estatal como la automoción y el agroalimentario que tienen muchísimo potencial. Yo creo que tan solo es un tema de tiempo y el País Vasco ha empezado antes.

 

María Cano Rico