El core business o corazón del negocio, es el conjunto de actividades que realiza una empresa y que la caracterizan, definen y diferencian en el mercado. Por ejemplo, el ‘core business’ de Microsoft es la programación y desarrollo de software, el de Carrefour es la comercialización de productos de consumo cotidiano a precios populares, el del hotel de la esquina es ofrecer alojamiento a sus clientes, etc.

El resto de actividades de apoyo a la función principal, tales como el transporte de mercancías, gestión de los Recursos Humanos (selección, formación, nóminas, etc.), servicios complementarios (cafetería, lavandería, limpieza, etc.) suelen ser subcontratadas mediante el outsourcing o tercerización (externalización de servicios).

Para identificar el corazón del negocio de una empresa hay que pensar qué función, de las que se realizan en la misma, cumple la condición de ser una actividad (no un producto) que puede permitir la introducción de la empresa en diferentes mercados. Podría tratarse del dominio de un proceso de producción, una muy buena relación con los clientes que permita definir el producto en función de sus necesidades, un formato único de canales de distribución, etc.

Además, esta habilidad debe ser apreciada o demandada por los consumidores y, en consecuencia, éstos deben de estar dispuestos a pagar más por ella.

También debe tratarse de una habilidad difícil de imitar por los competidores, ya sea porque involucra un know how (saber hacer) que no está disponible, por la experiencia acumulada o por el dominio de esa habilidad lograda a través de la inversión realizada en investigación.

Todas las actividades de una empresa son externalizables, a excepción de las que componen su core business; es decir, la norma básica es no dar en outsourcing ninguna de las funciones que se consideran fundamentales en la empresa. Por ejemplo: Microsoft nunca hará outsourcing de la programación y el desarrollo de su software, pero sí lo hará con el servicio de entrega de mercancía, gestión de personal o servicios de apoyo a la producción.

Las principales ventajas de la externalización de los servicios accesorios son la reducción de costos y el aumento de la calidad como consecuencia de que dichos servicios adicionales están realizados por especialistas y la propia empresa puede enfocarse en su verdadera competencia. Sin embargo, el outsourcing también tiene inconvenientes.

El outsourcing requiere, en ocasiones, compartir información clave del negocio con la empresa subcontratada, lo que obliga a una cláusula de confidencialidad y custodia de información privilegiada. Por ello, se debe buscar que el acuerdo de outsourcing traspase las fronteras de la simple subcontratación para entrar en el campo de las alianzas, con lo cual se asegura un mayor compromiso por parte del contratista. Por lo tanto, aunque el outsourcing tiene mucho que ver con la subcontratación, no sólo es eso, sino que se trata más bien de establecer alianzas con firmas colaboradoras que harán más eficientes nuestras tareas fundamentales.

Pero, ¿es esta técnica aplicable exclusivamente en las grandes empresas? Definitivamente no. Y aquí viene a colación el caso de un profesional autónomo cuya tarea principal (core business) consiste en la asesoría en materia de Recursos Humanos a diferentes empresas de una ciudad.

Para llevar a cabo su labor realiza continuas entrevistas y visitas a las diferentes empresas-cliente, por lo que, a lo largo del día, se ve obligado a desplazarse de un punto a otro de una ciudad congestionada por el tráfico con el gran inconveniente de la pérdida de tiempo para moverse y para encontrar aparcamiento.

Hasta el momento, este profesional no había tenido necesidad de contar con una secretaria pero, en un alarde de creatividad e innovación, decidió contratar a una ‘secretaria-choferesa’ que le lleva de cita en cita sin necesidad de preocuparse de otra actividad que no sea el core business en el que está especializado.

Yendo un poco más allá, incluso en el hogar empleamos la externalización de servicios cuando contratamos a cuidadoras de niños, asistentas del hogar, reparto de comida a domicilio, etc. O sea, que por mucho que el término suene muy técnico y se aplique principalmente al mundo empresarial, no deja de ser una actividad al alcance de todo el que tenga un poco de imaginación.

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