Momento brillante para el oro. La onza troy, la de uso para metales preciosos y que tiene un peso de 31,2 gramos, tocó ayer 726,70 dólares, tras la decisión de la reserva Federal estadounidense de rebajar los tipos medio punto. Este nivel está próximo al máximo intradía de mayo de 2006 (730,40 dólares), y que se corresponde, igualmente, al nivel más alto desde enero de 1980, hace 27 años, cuando escaló al récord de 850 dólares. El oro acumula un ascenso del 13,9% en 2007, más que muchos mercados de renta variable, y del 163% desde 2001, periodo desde que mantiene tendencia alcista.

La fortaleza del metal precioso contrasta con la evolución del dólar frente al euro; en 2007 acumula un descenso del 5,9% y en 2006 ya sufrió una depreciación del 11,39%. En momentos de incertidumbre como el actual, el mercado ha encontrado remedio a sus inversiones en este tipo de activo, que sin embargo, ha ido incrementando su protagonismo en la economía con el tiempo.

'En el pasado, la caída del billete verde ha sido sinónimo de inestabilidad, lo que ha favorecido al oro como activo refugio. Años atrás este papel del oro también se centraba en una salida frente a la inflación, pero en este momento el riesgo de que ésta repunte proviene especialmente de la subida de precios de las materias primas', comenta José Luis Martínez, de Citi.