La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha señalado que después de un periodo de avances significantes, la reducción de la pobreza a nivel mundial “está amenazada por la carencia de trabajo decente y el estancamiento del crecimiento económico”.

Según el informe de este año de la OIT sobre perspectivas mundiales de empleo, el 36% de la población de los países emergentes y en vías de desarrollo vive en la pobreza con menos de 3,10 dólares al día.

El director general de ese organismo de la ONU, Guy Ryder, destacó la creciente desigualdad de ingresos y dijo que las perspectivas sombrías en Asia, América Latina y la región árabe amenazan el objetivo de desarrollo sostenible de acabar con la pobreza para 2030.

“Es cierto que no se tiene la inestabilidad social que pudiera anticiparse en estas circunstancias, pero sí hay un nivel muy significativo de desilusión política y de manifestaciones de extremismo”, dijo.

Para erradicar la pobreza en 2030, el trabajo digno “es una condición necesaria y, al mismo tiempo, un objetivo y una herramienta de desarrollo sostenible y exitoso”, apuntó Ryder.

El informe de la OIT calcula que para erradicar la pobreza extrema y moderada a escala mundial de aquí a 2030 se necesitarán unos 600.000 millones de dólares anuales, o lo que es lo mismo cerca de 10 billones de dólares en los próximos tres lustros.

El estudio concluye que el problema de la pobreza crónica no puede resolverse sólo a través de transferencias de ingresos, sino que son cruciales más y mejores empleos para alcanzar esa meta.