Fundada a principios de la década de los 40, Gorila ha sido y sigue siendo una de las empresas de calzado más longevas de España.

Para celebrar su aniversario, el 22 de septiembre se inaugura una exposición en Madrid que recoge la trayectoria, imagen y publicidad de la marca durante estos 75 años y la contextualiza dentro de la historia española y los cambios sociales del último siglo, desde la posguerra hasta la actualidad.

Desde sus inicios en un modesto garaje de Mallorca, pasando por el nacimiento de la famosa pelotita verde, hasta su posterior traslado a Arnedo (La Rioja), esta muestra recoge la historia de una marca que ha visto crecer a varias generaciones y que ha calzado a pequeños y mayores desde los convulsos años de la posguerra. Es también un homenaje a aquellas personas que trabajaron incansablemente en la fabricación de los “zapatos irrompibles” y a las que hoy continúan esa labor, aunando tradición y modernidad.

Inspirado en la película de King Kong

Caja años 60 - GorilaSu nombre se inspira en la película King Kong, estrenada unos años antes de la creación de Gorila y cuyo personaje causó gran impacto cultural en la época. Jaime Salom, fundador de la marca, quería transmitir con este nombre la gran fortaleza y resistencia de sus zapatos.

En los años 40, la marca fue la primera en usar suelas de goma, más flexibles y resistentes que las habituales de cuero o madera. Su proceso patentado de unión mediante vulcanizado de las suelas con la piel del resto del zapato formó los zapatos más resistentes del mercado, y mejoró sustancialmente su comodidad.

En los inicios de la marca, el boca a boca y la recomendación fueron sus principales formas de darse a conocer. El testimonio de los ya usuarios (o más bien, de sus madres, las verdaderas compradoras) de que eran unos zapatos de verdad irrompibles era el factor clave para formar la decisión de compra de las familias.

En los 60 vivieron su primera situación delicada, cuando surgieron imitadores que sacaron modelos parecidos al mercado. Esto fue el detonante que llevó a la dirección de Gorila a tomar la decisión de hacer uso de la publicidad.

Pocos años después introdujeron la famosa pelotita verde, tan ligada a la marca, pues se regalaba siempre una junto con la compra de un par de zapatos. Lo revolucionario de esta estrategia fue que nunca antes se había hecho algo similar en España. Más de medio siglo después de su creación, la pelota de Gorila es considerada la primera herramienta de marketing promocional que se utilizó en España dentro del sector del calzado.

En los años 80, tras la muerte de su fundador, la marca entró en declive: su catálogo y forma de producción estaban totalmente desactualizados respecto a los nuevos tiempos. En 1991 aparece otro hombre que será clave en la historia de la marca: Basilio García. Empresario del calzado en Arnedo y propietario de la firma Callaghan, entra en juego revitalizando y modernizando la marca.