La inversión extranjera directa en España ha aumentado un 13% del primer semestre de 2015 al mismo periodo de 2016, un dato positivo que contrasta con la caída que tuvo lugar en 2014 y 2015.

Según el último número del documento ‘Esenciales’, elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), la importancia creciente de la inversión en actividades inmobiliarias debilita su potencial contribución a la mejora de la productividad.

El documento recuerda que la crisis afectó a la confianza de los inversores extranjeros en nuestro país, pero con la recuperación económica iniciada en la segunda mitad de 2013 la confianza regresó, “aunque con matices”.

La salida de la recesión de la economía española a mediados de 2013 ha tenido un “claro efecto positivo” sobre la recuperación de la inversión extranjera, cuyo valor en 2015 es 2,6 veces superior al de los inicios de la crisis, en 2008. La inversión en cartera se ha recuperado “con fuerza”, sobre todo en deuda de las AAPP, y la caída que ha tenido lugar en 2016 se explica por la compra de deuda pública por parte del BCE.

Por su parte, la inversión en deuda de sociedades no financieras sigue en terreno negativo, lo que se explica por el deseable proceso de desapalancamiento. En el caso de la inversión directa, es una “buena noticia” el aumento que ha tenido lugar en el primer semestre de 2016, “si bien su creciente orientación hacia las actividades inmobiliarias debilita su contribución a las ganancias de productividad que necesita la economía española”.