videojuegoGuillermo Tato ha lanzado el libro ‘Una partida más y me acuesto’, dirigido a todas aquellas personas que se sienten familiarizados con la siguiente afirmación: “Si tu primer amigo fue un Commodore 64, si veías el mundo en 8 bits, si por las noches soñabas con piezas geométricas cayendo del cielo, entonces seguro que jugaste a videojuegos en los 80. Perteneces a aquella generación que tuvo que pelearse por el único mando de la consola con tres personas más, que reservaba la siguiente partida con una moneda de cinco duros, y que merendaba un bocata de nocilla mientras cargaba un juego en casete en su Spectrum. Aquella generación que cada noche prometía a sus padres ‘Una partida más y me acuesto’”.

Así ha nacido un libro indispensable para todos que hará recordar una y otra vez aquellas tardes en las que nos convertimos en luchadores callejeros, pilotos de naves espaciales y guerreros en universos de fantasía.

No hay emulador que pueda igualar la sensación de jugar en aquellas recreativas, porque la combinación entre hardware y software creaba momentos mágicos, más todavía en la mente de un chaval.

Tal y como expresa su autor, Guillermo Tato, “controlábamos aviones, matones callejeros, naves espaciales, caballeros de reinos remotos o soldados en plena guerra. Y no lo hacíamos sólo con un sencillo joystick. Muchas de esas recreativas nos ponían al volante de un coche, en la cabina de un avión o sobre una moto de carreras”.