Mientras el revuelo por la definición de Andalucía continúa, quienes la pueblan mantienen su apuesta por romper aquellos tópicos interesados, cimentados en una vagancia inexistente y el folclore como metáfora de la improductividad, que el tiempo y la razón acaban por consumir. Conscientes del largo camino que nos queda por recorrer para conseguir que la imagen exterior de Andalucía se corresponda con su realidad interior, parece que el sector artístico andaluz ha encontrado en la colaboración y la producción propia la fórmula para romper moldes. Si uno de los valores de Andalucía en el exterior y de sus principales fuentes de ingresos es su imagen turística, el uso de este potente imán como guión para quienes quieren protagonizar un exitoso largometraje económico está tan justificado como merecida y justa es su validez.

Y si de ser protagonistas se trata, la promoción de cada rincón de Andalucía como escenario para el rodaje de pequeñas y grandes producciones está funcionando y acabará por convertirla en un pedacito de Hollywood, con la enorme influencia económica y social que ello supone. Así lo atestigua el rodaje de la película Manolete, protagonizada por Adrien Brody y Penélope Cruz, en Carmona (Sevilla) y Cádiz desde junio, que no es ni el primero ni el último, por fortuna. Igualmente importante es para Andalucía atraer la inversión de los productores. Con este objetivo se acaban de inaugurar los estudios de producción y postproducción Alcine, una macroestructura audiovisual hasta ahora inexistente en Andalucía. Situados en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), nacen de la cooperación de cuatro empresas andaluzas del sector -Arte Sonora, Jaleo Films, Background 3D y La Zanfoña- con una fuerte inversión pública y privada y un centenar de nuevos empleados, que trabajan ya en cuatro largometrajes, diez spots publicitarios, dos programas y dos series de televisión. Y de una escena a otra. El teatro andaluz también apuesta fuertemente por la colaboración como fórmula de éxito. El Maestranza de Sevilla acaba de adelantar su programación, donde entre los nombres de figuras como Keith Jarrett, Alfred Brendel, Ute Lemper y Tamara Rojo, destaca el cierre del bloque operístico con la nueva producción propia, bajo la dirección escénica de José Carlos Plaza, Fidelio, obra de Luwig van Beethoven, ambientada en la capital hispalense. Por su parte, el Centro Andaluz de Teatro (CAT) y el Lope de Vega de Sevilla han aunado esfuerzos en su primera coproducción: El príncipe tirano, título inédito de Juan de la Cueva, que se estrenará en julio en el Festival de Almagro, el más longevo de los festivales de teatro clásico de Europa.

Pero si la unión de intereses dentro de un mismo marco geográfico es importante para su desarrollo económico y social, no lo es menos fuera de él. Bajo el título Obras maestras del Museo de Capodimonte de Nápoles, el Museo de Bellas Artes de Sevilla expone hasta el 10 de septiembre joyas pictóricas de Mantenga, Tiziano, El Greco, Van Dyck, José de Ribera o Luca Giordano, que custodian cinco museos napolitanos, con el complemento de la colección permanente del centro sevillano. La muestra da buena cuenta de las bondades del barroco italiano y español y recuerda la relación política, económica y artística que unió al virreinato español de Nápoles y la entonces capital del comercio de Indias. Siguiendo esa estela de colaboración internacional, la National Gallery de Londres prepara la gran exposición Velázquez (1599-1660), que recorrerá la carrera del artista desde sus comienzos en Sevilla, su nombramiento como pintor de la corte de Felipe IV, sus dos viajes a Italia y su ordenación en sus días finales como caballero de la Orden de Santiago. La muestra, que se celebrará entre el 18 de octubre y el 21 de enero en Londres, es fruto de una estrecha colaboración con varias pinacotecas europeas, entre las que destacan el Museo del Prado de Madrid y el Bellas Artes de Sevilla.

En ese reconocimiento merecido a quienes crearon los testimonios más bellos de nuestra historia, hay que destacar la celebración en Fuente Vaqueros (Granada) del 30 Aniversario del primer homenaje a Federico García Lorca tras su fusilamiento: ‘Cinco a las cinco”. Una cita histórica en uno de los momentos más críticos de la transición, en la que un grupo de 33 intelectuales granadinos defendió públicamente la libertad, en el homenaje más emotivo de los que ha recibido Lorca tras su muerte. Para finalizar este repaso de junio, mencionar la presentación en la Biblioteca Nacional de la Colección Unicaja Manuscritos de los Hermanos Machado, que en 3.000 páginas revela aspectos novedosos de la vida y obra de los poetas sevillanos; así como la publicación del estudio Manuel Echegoyán. El escultor y la libertad, por el Aula para la Recuperación de la Memoria, primer monográfico del adelantado escultor sevillano de la posguerra cuyas obras pueblan las capitales andaluzas, ante el desconocimiento generalizado de los ciudadanos.