Las empresas se han propuesto ‘cambiar el chip’ y han decidido que es hora de ponerse en marcha. Ahora que sabemos las metas que se han propuestos, son muchas las que ya están llevando a cabo acciones concretas para poder reducir los efectos del cambio climático.

La sede de Madrid de L’Oréal, por ejemplo, ha pasado de producir 21 kilos de residuos por cada 100 horas trabajadas en 2009 a 9,5 kg en 2015 gracias a la implantación de impresoras con control a través de tarjetas y la instalación de fuentes de agua en los comedores para reducir el uso de botellas de plástico. Además, del total de residuos que se generan en la sede, el 80% son reciclados o incinerados para la producción de energía.

Por su parte, la fábrica internacional de productos capilares de Burgos logró, además, ser neutra en emisiones de CO2 en abril de 2015 gracias a la instalación de una central de trigeneración por biomasa que suministra a la fábrica toda su energía térmica y parte de la eléctrica.

Una iniciativa muy curiosa es la de Nestlé, que sigue con la implantación progresiva de su sistema de reciclaje de cápsulas de café iniciado en 2011. Actualmente, existen a nivel nacional 986 puntos de recogida en los que pueden depositarse cápsulas de aluminio o plástico de cualquiera de las marcas existentes en el mercado en siete comunidades autónomas, lo que representa una cobertura de población de más de 12,5 millones de personas.

O la de Enagás, donde se capta agua de mar que utilizan en los vaporizadores de diluvio o de agua de mar de las plantas de regasificación. Esta agua es devuelta de forma que se mantiene su naturaleza y es directamente proporcional a la cantidad de gas regasificado. De este modo, no consumen agua en los procesos productivos y el consumo es debido a uso sanitario, riego y equipos contraincendios.

Además, no utiliza materias primas en los procesos productivos, sino materiales auxiliares ligados a las actividades de transporte como son el THT, metanol, aceites, trietilenglicol o nitrógeno líquido.

Dentro de empresas de construcción, destacan los ejemplos de Sacyr y OHL. La primera, ganó el Premio al Mejor Proyecto de I+D+i en 2015, en la 2ª Edición de los Premios a la Innovación en Infraestructuras Viarias de la Plataforma Tecnológica de la Carretera (PTC) por el proyecto Investigación y Desarrollo de reciclados templados con emulsión a tasa total, desarrollado con Repsol Lubricantes y Especialidades.

El proyecto está basado en la investigación y el desarrollo de un nuevo material basado en el reciclado total templado de mezclas bituminosas que permite la rehabilitación del pavimento de la carretera, reutilizando el 100% de los materiales que están deteriorados y envejecidos, empleando para ello una emulsión asfáltica desarrollada con esta finalidad.

La técnica desarrollada por Sacyr es novedosa, ya que se ejecuta a una temperatura por debajo de 100ºC (frente a las clásicas técnicas en caliente realizadas por encima de los 160ºC), lo que supone una importante reducción de emisiones a la atmósfera, la optimización de la eficiencia energética para el aplicador y unas mejores condiciones laborales para los operarios.

Por su parte, OHL, en colaboración con Ferroatlántica, la Universidad de Vigo y el centro tecnológico Aimen, ha lanzado el proyecto de I+D eGEO para luchar contra el cambio climático. El objetivo principal es el desarrollo de nuevos materiales de construcción ecológicos que permitan luchar de forma efectiva contra el cambio climático mediante el uso eficiente de recursos y materias primas. El proyecto plantea la fabricación de un nuevo conglomerante que no sólo requiera menos energía, sino que utilice una materia prima de bajo coste y permita obtener matrices aglutinantes con adecuadas propiedades en términos de resistencia mecánica y durabilidad. Se introduce así el proceso de geosíntesis mediante la actividad alcalina de los residuos como una tecnología viable para la fabricación de geopolímeros como sustitutos del cemento. El hormigón ecoeficiente obtenido a partir de estos conglomerantes será evaluado como material de construcción sostenible a largo plazo.

Otro ejemplo muy llamativo es el de Solvay, que ha desarrollado un proceso para recuperar y utilizar metano a partir de sus actividades mineras de carbonato sódico natural (trona) en Green River (Estados Unidos). Este método, conocido como MaRS, captura el metano que se libera durante la extracción de minerales y evita que salga a la atmósfera y la energía térmica del gas se recupera entonces por medio de la combustión. Esta innovación reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuye el consumo energético asociado a la extracción y al procesamiento de los minerales.

Una empresa con gran iniciativa en la elaboración de soluciones que hacen frente al cambio climático es Bosch. En la actualidad, está desarrollando una red de calefacción comunitaria en la región holandesa de Nijmegen que suministra a los hogares la energía térmica y el agua caliente a partir del tratamiento de residuos.

En Brasil, los sistemas solares de calefacción ayudan a las familias de bajos ingresos a reducir sus costes de energía. Entre otras cosas, Bosch proporciona estos sistemas a los proveedores de energía que, a su vez, los donan a las familias necesitadas. También en el país sudamericano, en Campinas, el programa de sostenibilidad ‘Conserva com você’ (‘Juntos por el medio ambiente’) tiene como objetivo fortalecer la conciencia de los empleados de Bosch por el medio ambiente y buscar constantemente nuevas posibilidades para reducir el consumo de recursos y aumentar la eficiencia energética.

Bosch Australia ha desarrollado un método en la planta de Clayton que ha hecho posible la recuperación de cobre perdido en el proceso de producción de las aguas residuales de la planta y en 2015, la planta de Jaipur desarrolló un sistema que hace posible la recuperación de aceite usado, lo que a su vez significa que los residuos ya no tienen que ser tratados como residuos peligrosos.

Además, en el centro de Schwieberdingen, en Alemania, la compañía decidió no adoptar un sistema de refrigeración con gases fluorados de efecto invernadero, que son perjudiciales para la capa de ozono, sino que en los nuevos bancos de pruebas los sistemas de refrigeración utilizan amoniaco y CO2 como fluidos refrigerantes.

La mejora de los propios edificios son iniciativas que han llevado a cabo en Quiron Salud o en DKV. En el primero, en el año 2012 se implantaron mejoras de eficiencia como el apagado total de alumbrado y la sectorización de la climatización por zonas y horarios, el control de consignas de temperaturas de climatización de acuerdo al RITE, la regulación del caudal de los grifos temporizados, la adecuación de los horarios de riego de jardines a las condiciones climatológicas y precipitaciones, y la instalación de enfriadora autónoma para climatización del equipamiento de alta tecnología. Y cuentan también con Trend Energy Manager, un sistema de monitorización en tiempo real del consumo energético del edificio.

Por su parte, la nueva sede de la compañía de seguros médicos DKV en Zaragoza es un edificio sostenible ejemplar inspirado en la naturaleza y en materiales puros como la piedra, el agua, la madera y el aire. Con respecto al consumo de agua, está regulado mediante grifos por senso, las cisternas tienen una capacidad de cuatro litros en lugar de ocho y también tienen urinarios sin agua, duchas con perlizadores y difusores. Además, se ha instalado un sistema de gestión del alumbrado que permite la autorregulación según la entrada natural de luz y detectores de presencia en los lugares de trabajo. Por otra parte, la calefacción se basa en calderas de biomasa alimentadas mediante pellets de origen regional, que permiten una calefacción libre de emisiones de CO2.

También se han instalado filtros solares en la fachada que reducen la temperatura interior unos 4ºC y los espacios buscan que la calidad del aire dentro de las oficinas se sitúe a los niveles máximos y se obtenga aire limpio. Para ello, se ha utilizado la polarización activa y se han instalado filtros de gases que tratarán el aire del exterior hacia el interior, y fotocatálisis que eliminarán las impurezas. De igual forma, los diferentes espacios están provistos de un control de niveles de CO2, que garantizará el máximo confort y eficiencia.

La mejora de las condiciones medioambientales también se pueden encontrar en empresas en las que uno puede que no se lo espera, como las entidades bancarias. Un ejemplo sería el Grupo Cooperativo Cajamar que, junto con TREA Asset Management, ha suscrito un convenio para incluir criterios éticos y de inversión socialmente responsable (ISR) en las decisiones de los fondos de inversión que se comercializan a través de la red de oficinas del grupo.

Si la ISR está creciendo de forma importante en el segmento de la inversión institucional, también está teniendo un especial reconocimiento en el segmento de los inversores particulares, que, aparte de obtener una rentabilidad financiera competitiva, también están sensibilizados por los impactos socio-ambientales derivados de sus inversiones.

Además, según indica la compañía, está demostrado que, por regla general, aquellas entidades que invierten con criterios ambientales, sociales y de gobernanza, es decir, las que tienen una mayor reputación, tienen un mejor desempeño económico-financiero y, en su caso, bursátil, planifican a más largo plazo y son mucho más sostenibles económica, social y medioambientalmente.

Por último, pero no menos importante, destacar dos casos más. Uno de ellos sería el ejemplo de Ecoembes, que, junto con MFSHOW, han lanzado la segunda edición de ‘El Laboratorio MFSHOW by Ecoembes’, un certamen que sube el reciclaje a la pasarela, mostrando a la sociedad y al sector de la moda las posibilidades y la versatilidad de las telas fabricadas a partir de materiales reciclados, fomentando así un consumo responsable y transmitiendo la importancia que tiene separar los residuos y su posterior reciclaje.

Además, Ecoembes cuenta con numerosos recursos educativos para los más pequeños como mini-mundi un juego de niños, o Ecociudad, la ciudad virtual del reciclaje. Por otra parte, su web también ofrece un Eco-test, que muestra la eco-identidad de los interesados: Eco-estrella, Eco-concienciado o Eco-despistado. Por su parte, IKEA Ibérica ha lanzado este año las Becas IKEA Cambio Climático 2016 entre sus proveedores de servicios.

El proyecto consiste, por parte de IKEA y Forética, en acompañar y asesorar a las empresas seleccionadas en la definición de una estrategia y plan de acción contra el cambio climático, previo diagnóstico de la situación de partida en esta materia.

Para conseguirlo, se trabaja con ellos en tres fases distintas, la primera de las cuales consiste en la asistencia de representantes de estas cuatro entidades becadas a la formación ‘Cambio Climático en la estrategia empresarial’, impartida por Forética en el marco de su plataforma de formación en RSE y Sostenibilidad CSR Academy.

La segunda fase es un período de mentoring de seis meses de duración. Durante esta etapa, las empresas forman parte de un grupo piloto tutelado por Forética como dinámica de aprendizaje para la definición e implantación de la estrategia y el plan de acción en la política propia de cada compañía.

Durante la tercera y última fase, cada empresa participante compartirá su plan de acción aprobado y recibirá un informe con sugerencias y recomendaciones para los siguientes pasos en su hoja de ruta contra el cambio climático.

Todas estas iniciativas no son, ni mucho menos, todas las que se están llevando a cabo, ni tampoco son las únicas empresas que se han puesto en marcha, pero hemos querido resaltar estos casos por ser muy significativos. El reto está encima de la mesa, ahora sólo hay que saber jugar la mano.

 

ARTÍCULO INCLUIDO EN LA REVISTA DE OCTUBRE DE AGENDA DE LA EMPRESA. CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO. ¿QUÉ COSTES TENDRÁ EL CALENTAMIENTO GLOBAL? ¿QUÉ OPORTUNIDADES DE NEGOCIO GENERARÁ?