Entrevista a Juanjo Hierro, director técnico de la Fundación FIWARE

Agenda de la Empresa: ¿Qué características definen a una Smart City?

Juanjo Hierro: Las ciudades y sus habitantes están experimentando una transformación profunda. Hay que tomar consciencia de esa transformación y lo que supone en términos de eficiencia, sostenibilidad y desarrollo económico. Estamos “conectados” a Internet y trabajamos con “datos”. Pero ya no son sólo personas las que estamos conectadas, sino un sinfín de cosas: las calles y sus semáforos y farolas, los edificios, los vehículos. Todos ellos convirtiéndose en fuentes de datos a través de sensores conectados. En la Smart City, todos esos datos que viajan desde Internet a las cosas y viceversa, se almacenan en la nube y son analizados a gran escala para la toma de decisiones. También pueden publicarse como datos abiertos para que terceros los aprovechen en el desarrollo de servicios innovadores. Estamos ante un panorama en el que conceptos como el Internet de las Cosas, la computación en la nube o el análisis Big Data empiezan a adquirir relevancia en diferentes territorios porque, adecuadamente integrados, van a permitir una revolución en la optimización de procesos y la creación de nuevos servicios. La ciudad se enfrenta a esta revolución confiando en que el uso de tecnologías de la información y comunicación (TIC) la ayuden a convertirse en un ente “inteligente” y que la gestión de la información que realice se traduzca en mejores servicios municipales para el Juanjo 3ciudadano. Cuando hablamos de Smart City, tenemos que entender bien lo que esta “inteligencia” supone. Por un lado, que la ciudad se transforme, de forma que las soluciones de gestión de servicios municipales que actualmente funcionan de forma aislada, puedan hacerlo de forma complementaria y la información acerca de lo que sucede en la ciudad esté accesible en un punto único, favoreciendo el desarrollo toda una nueva generación de servicios y soluciones. Si dentro de una ciudad, o entre ciudades, se usan modelos de información diferentes y plataformas propietarias, queda poco espacio para la interoperabilidad de servicios y aplicaciones, para el funcionamiento complementario del que hablamos. Por otro lado, aplicar inteligencia a la forma de trabajar con los datos, al procesamiento y análisis de la información actual e histórica de la ciudad, favorece que una ciudad inteligente cuente con una visión holística que ayude a obtener mayor control y monitorización del servicio que ofrece a los ciudadanos. La ciudad es capaz de exportar y publicar parte de esa información en tiempo real, de forma que terceros puedan desarrollar aplicaciones relevantes para el ciudadano y para la economía local por cuanto sirvan para mejorar los procesos productivos de las empresas que operan en la ciudad. FIWARE responde a estas necesidades y retos proporcionando una plataforma estándar que favorece, además, que el desarrollo de una solución sirva para múltiples ciudades, todas aquellas que hayan adoptado la plataforma. De esta forma, configura un ecosistema donde las startups y pymes, no sólo las grandes compañías, encuentren los incentivos para invertir, explotando economías de escala. En el marco de las actividades de la comunidad FIWARE, también se están definiendo modelos de información (de datos) estándares que “conozcan” todas las aplicaciones desarrolladas sobre esa plataforma para que se puedan entender entre sí y permitir esa complementariedad de la que hablábamos antes.

A.E.: ¿Qué valor tienen los datos para FIWARE?

J.H.: Los datos abiertos son un ejercicio de transparencia por parte de las fuentes que los publican y, sobre todo, una oportunidad para el emprendedor, los servicios públicos y las empresas. Pero el potencial alrededor de los datos es mucho mayor y no se limita a las posibilidades que ofrecen los datos abiertos. Las Ciudades Inteligentes que alcancen los mayores niveles de madurez serán las que harán posible una nueva “Economía basada en los datos”. En este sentido, las Ciudades Inteligentes irán evolucionando alcanzando diversos niveles de madurez. En un primer nivel, terceras partes explotarían datos históricos publicados por la ciudad como Open Data, típicamente en forma de ficheros estáticos. En un segundo nivel, esas terceras partes trabajarían con datos dinámicos (real-time Open Data) que ofrecen una “consciencia” más precisa y de más valor acerca de lo que “está pasando” en la ciudad. En un tercer nivel, la ciudad ofrecería la infraestructura necesaria para que terceras partes no sólo aprovechen los datos de la ciudad, sino que los enriquezcan al mismo tiempo con datos propios que puedan monetizar, generando un mercado que es la base de esa “Economía basada en los datos” a la que me refería anteriormente. Esta retroalimentación supone que la información sobre lo que está ocurriendo en la ciudad alcance su máxima dimensión, favoreciendo el desarrollo de servicios para la ciudad y para los negocios que cuenten con una “inteligencia” capaz de predecir sucesos y ofrecer insights muy relevantes. El concepto de “Economía basada en los datos” está intrínsecamente relacionado con el de “soberanía sobre los datos”. El dueño de un dato puede establecer las políticas que rigen quién puede ganar acceso a sus datos y según para qué. Esto permite, por ejemplo, que un ciudadano establezca que los datos que él decide compartir sobre sus movimientos en la ciudad puedan utilizarse sin coste por parte de la ciudad para mejorar ciertos servicios (por ejemplo, para determinar cuándo aumentar o disminuir la frecuencia de autobuses) y puedan utilizarse, pero generando una compensación si se utiliza con fines comerciales.

JUANJO RECORTADAA.E.: Mecanismos comunes para todas las ciudades. ¿Por qué cree que, a pesar de la conectividad global, se sigue pensando localmente?

J.H.: Las ciudades a menudo “compiten”, tratando cada una de demostrar a sus ciudadanos que son las que mejor pueden responder a sus necesidades. También pensando que sus propias peculiaridades exigen soluciones ad hoc. Sin embargo, este enfoque no es sostenible porque ninguna ciudad, por grande que sea, constituye en sí misma un mercado de suficiente tamaño y sostenible. FIWARE ofrece una oportunidad para que las ciudades, universidades y empresas puedan colaborar, pero también para que diferentes ciudades puedan buscar soluciones a problemas comunes de forma colaborativa. De esta forma, introducir los incentivos derivados de crear un mercado de mayor tamaño, donde cualquier empresa, y particularmente emprendedores, puedan invertir desarrollando soluciones que puedan llevarse con un esfuerzo de adaptación a las peculiaridades de cada ciudad, pero que sea un esfuerzo mínimo. La ciudad necesita la infraestructura necesaria para poder actuar de manera local pero, al mismo tiempo, que implemente mecanismos basados en estándares comunes para colaborar con otras ciudades.

A.E.: ¿Cómo afectará al trabajo de empresas, pymes y emprendedores el hecho de crear soluciones comunes que puedan ser modificadas?

J.H.: Con FIWARE tratamos de configurar un ecosistema de la misma naturaleza que Android centrado en el desarrollo de soluciones Smart. Un ecosistema donde las startups y pymes, no sólo las grandes compañías, encuentren los incentivos para invertir y materializar su visión. El potencial derivado del mercado que sería posible construir sería enorme y el impacto similar al que se consiguiera con la irrupción del smartphone. A través de los modelos de datos armonizados o modelos estándares de información, y la existencia de interfaces de programación estándares, las apps pueden interoperar entre sí de forma sencilla. Un desarrollador de apps para navegadores puede mejorar su app o modificarla para incluir información en tiempo real de diferentes ciudades. Mejorarla o hacerla más completa. Puede aprovecharse de los insights que otras apps pueden estar ofreciendo.

A.E.: ¿Qué beneficio obtienen de esta oferta las ciudades?

J.H.: Un primer beneficio es que se evita el riesgo de adquirir soluciones tecnológicas cerradas y propietarias que luego sean difíciles y caras de sostener en el largo plazo. Estar atado a un proveedor entraña los máximos riesgos. Por otra parte, las ciudades que adopten estándares, tecnologías abiertas y validadas gozarán de los beneficios derivados de la existencia de un ecosistema productivo alrededor capaz de atraer competencia y, por tanto, innovación. Sentirse parte de una comunidad y poder adaptar la prestación de los servicios que hoy se hacen a los que se van a exigir en el futuro.

A.E.: ¿Qué papel juega en todo esto la Fundación FIWARE?

J.H.: La Fundación dará soporte a la comunidad existente alrededor de la tecnología FIWARE y se encargará de promover el desarrollo y adopción de la tecnología en ciudades, industrias, administraciones públicas y diferentes organizaciones. La Fundación será el garante de que la tecnología evolucione sin responder al dictado de los intereses de ninguna compañía concreta y esté siempre accesible como Open Source. Asimismo, que se respeten los criterios de apertura, transparencia y meritocracia en su evolución.

A.E.: ¿Qué va a suponer para Málaga, Sevilla y la Junta su adhesión a la Fundación?

J.H.: Su aportación a la Fundación permitirá a Málaga, Sevilla y la Junta de Andalucía participar de manera activa en diversos programas en el marco de la Comunidad FIWARE, pioneros en la definición de una visión de ciudad o región Smart y ganar así gran visibilidad y proyección a nivel global. Esa participación les permitirá, a su vez, conseguir que empresas locales puedan formar parte y beneficiarse (por ejemplo, aplicar sus desarrollos en otras ciudades). Es una manera de compartir el avance tecnológico y adquirir una globalidad que permita un verdadero crecimiento de la ciudad y de la región. A través de los dos centros recién inaugurados en Sevilla y Málaga como parte de la iniciativa FIWARE Zone, se pondrán en marcha diferentes ejes de actuación de los que podrán beneficiarse todos los agentes que, a nivel local, se integran dentro del ecosistema FIWARE: empresas, emprendedores, administraciones públicas, asociaciones, clústeres tecnológicos, universidades, startups, etc. Nos estamos refiriendo a actividades de formación, aceleración de emprendedores, certificación de soluciones, soporte técnico, etc.

A.E.: Recientemente, la ETSI ha anunciado la creación de un nuevo Grupo de Estandarización en Context Management para Ciudades Inteligentes habilitadas para IoT y también otros sectores verticales incluyendo Smart Industry y Smart Agriculture. ¿Qué supone para FIWARE?

J.H.: Supone un reconocimiento de que la visión que promulgábamos era correcta y que la tracción que FIWARE ha adquirido entre ciudades representa la mejor oportunidad para crear un mercado único de soluciones Smart. Los usuarios podrán hacer referencia a las especificaciones que se publiquen a la hora de crear requisitos de los sistemas que adquieran.

 

Inma Sánchez