El resultado neto de Abengoa en 2016 ha supuesto una pérdida de 7.629 millones de euros.

Según ha explicado la compañía, este resultado se debe “principalmente” a la aplicación del plan de viabilidad través del reconocimiento de pérdidas derivadas del deterioro de determinados activos (plantas de bioenergía, líneas de transmisión en Brasil, plantas de generación en Mexico y Chile, créditos fiscales) por importe de 6.036 millones, los efectos de la ralentización generalizada del negocio, que ha motivado, entre otros, el registro de las provisiones de coste de construcción por importe de 245 millones y el mayor gasto financiero por importe de 521 millones, derivado fundamentalmente de la ejecución y provisión de avales e intereses de demora.

Estas pérdidas, consecuencia “en gran parte” de la aplicación de las medidas contempladas en el contrato de reestructuración, está previsto sean compensadas “con el impacto positivo derivado de las quitas y ampliaciones de capital, lo que se espera permita restablecer el equilibrio patrimonial en Abengoa, a la vez que dotar a la compañía de la liquidez necesaria para iniciar las operaciones previstas en el plan de viabilidad a fin de continuar con su actividad de forma competitiva y sostenible en el futuro”.

La compañía ha registrado unas ventas de 1.510 millones y un Ebitda de 241 millones, importes que excluyen la aportación de la actividad de Bioenergía y de las concesiones de líneas de transmisión de Brasil, como consecuencia de la no continuidad de estas operaciones en coherencia con el plan de viabilidad.

Gonzalo Urquijo, presidente ejecutivo de Abengoa, ha destacado que “estos resultados deben ser contemplados en el contexto de la reestructuración de Abengoa. Las cuentas de 2016 reflejan el impacto contable derivado de la reestructuración y de la evolución de la compañía en el pasado ejercicio, marcado por el largo proceso de negociación con los acreedores. Cuando se complete la inminente reestructuración, para la que hemos recibido hoy mismo el consentimiento de nuestros acreedores, la consiguiente reducción de nuestra deuda restablecerá el equilibrio patrimonial”.