El año que viene, y tal como auguraban Gobierno, analistas y las propias compañías eclécticas, se disparará el recibo de la luz.

La tarifa eléctrica subirá una medida de un 10 por ciento durante 2007, el mayor incremento de los últimos 20 años. Una subida que afectará a todos los clientes, tanto domésticos como industriales, aunque estos últimos serán los más perjudicados. Esta subida, que será aprobada por el Gobierno en el último Consejo de Ministros del año, tiene un doble objetivo: reducir el déficit tarifario y concienciar a los consumidores de los precios reales de la energía.

Y la luz sube menos de lo que debería subir, ya que las eléctricas y el propio Gobierno han reconocido que la tarifa eléctrica tendría que subir un 30 por ciento para que recogiera el precio real de los costes. Pero esta posibilidad se ha descartado por ambas partes ante el perjuicio social y el rechazo que podría generar.