El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, advirtió ayer de la necesidad de mejorar la competitividad española para sostener el crecimiento y alertó del alto endeudamiento de las familias, que no obstante pueden afrontar la subida de tipos gracias a su “sólida” situación patrimonial.

Fernández Ordóñez compareció en la Comisión de Presupuestos del Senado para analizar la economía española, que pese a su crecimiento “está ocultando un problema que tiene, que es el de la competitividad”.

Reconoció que la competitividad es “difícil de medir” -en su intervención aludió al aún alto diferencial de inflación con la zona euro como uno de los factores que la merman-, y también “se resuelve con políticas lentas”, como las destinadas a mejorar el capital humano o aumentar la flexibilidad en los mercados.

Por eso, pidió al Gobierno “determinación” en la aplicación del Programa Nacional de Reformas, para que las medidas dirigidas a mejorar la productividad y competitividad estén cuanto antes en marcha.

El gobernador alertó del endeudamiento familiar, si bien en declaraciones posteriores a la prensa reconoció que es “mucho menor” que el de otros países como Estados Unidos (el español supone el 10% de la riqueza familiar y el estadounidense se eleva hasta el treinta).

Además, recordó la “solvencia” patrimonial de los hogares y las empresas españoles, que les permitirá adaptarse a las subidas de tipos de interés.

No obstante, advirtió de la “vulnerabilidad” que conlleva la subida de tipos para los segmentos de la población cuyo margen de maniobra “es limitado”, y también recordó que las familias tienen una “mayor exposición” por haber contraído sus préstamos con tipos de interés variable.

No hay pues razón para la complacencia”, afirmó Fernández Ordóñez, para quien la evolución del endeudamiento en la última década ha sido “lo suficientemente significativa” como para considerarla “uno de los riesgos” de la economía.