Entrevista a Antonio Gámiz Álvarez, director de la Planta de Tratamiento de Mineral de MATSA
MATSA ha incrementado en un 42% su producción de concentrado de mineral en 2016, alcanzando las 483.106 toneladas. El director de la Planta de Tratamiento de Mineral de MATSA, Antonio Gámiz Álvarez, realiza un balance sobre la implantación del proyecto de ampliación de las instalaciones de la compañía, que ha posibilitado estos buenos resultados y ha dado estabilidad a la producción.
Agenda de la Empresa:¿Cuáles son los beneficios que ha aportado el Proyecto de Ampliación?
Antonio Gámiz: Este proyecto ha sido muy importante para MATSA porque, no sólo ha permitido duplicar la capacidad de producción en la planta, sino hacer una revisión al detalle de toda la operación para optimizarla sin necesidad de incrementar los sistemas con los que trabajamos.
A.E.: ¿Ha supuesto un antes y un después para la compañía?
A.G.: Sin duda, ha sido una experiencia muy exitosa porque hemos conseguido estabilizar la producción en apenas tres meses desde la ampliación, cuando lo habitual en el sector es un año aproximadamente. Esto ha sido posible gracias a un equipo motivado e involucrado completamente.
A.E.: ¿Cuáles son las grandes novedades del proyecto?
A.G.: La ampliación ha dotado de mayor flexibilidad a la planta, ya que ha permitido introducir importantes mejoras en la metalurgia de los procesos. Podemos adaptarnos en tiempo récord a diferentes tipos de mineral y esto nos hace fuertes y muy estables. A nivel tecnológico, cambiamos los sistemas para la obtención de la molienda extrafina. Hemos sustituido los molinos semiautógenos por molinos de bolas para que la operación sea más estable. Esto ha implicado que la parte de trituración del mineral se haya hecho más compleja, con tres etapas de reducción del tamaño del mineral y un sistema de clasificación.
A.E.: Con el incremento de la producción, ¿cómo abordan las necesidades de mineral?
A.G.: Este ha sido uno de los retos más interesantes, puesto que fuimos rápidos a la hora de duplicar la capacidad de la planta, pero doblar la capacidad de las minas no ha sido tan sencillo. Sin embargo, las minas de Aguas Teñidas, Sotiel y Magdalena garantizan el suministro de mineral, y tuvimos la ventaja de que el proyecto de ampliación coincidió con la apertura de la Mina Magdalena. Además, seguimos apostando por la investigación para asegurar nuestra producción en el futuro.
A.E.: ¿Se mantienen los índices de seguridad en esta ampliación?
A.G.: Estoy orgulloso de decir que los índices de siniestralidad de la planta son los más bajos de la compañía, y que MATSA ha mejorado un 25% sus índices de siniestralidad respecto al último año. Esto se debe a que hemos apostado porque la seguridad sea una responsabilidad directa de los supervisores. Por otra parte, hemos propiciado que sean los trabajadores los que reporten cualquier incidencia en seguridad. Nuestro objetivo es reducir a cero los accidentes en la operación.
A.E.: ¿Se ha conseguido estabilizar la producción?
A.G.: La planta tiene una capacidad para procesar hasta 4,6 millones de toneladas de mineral, pero más allá de esa cifra, lo importante es que hemos sido capaces de tratar todo el mineral que nos han enviado desde nuestras minas.
A.E.: Entonces, ¿qué significa para usted tener una producción estable?
A.G.: Significa que hemos conseguido la fortaleza que estábamos buscando. MATSA es en estos momentos una operación fuerte y sólida, con unos resultados estables y con capacidad para cumplir los objetivos marcados en el futuro. Nuestro principal reto era estabilizar la planta y mantenerla activa continuamente y lo hemos conseguido.
Anna Conte