El gasto total de los hogares españoles en alimentación ha ascendido a 67.095,5 millones de euros, lo que supone un incremento del 0,1% según el ‘Informe del consumo de alimentación en España 2016’.

Por categorías, destaca la importancia de los productos frescos en la alimentación de los hogares, que suponen el 41% del volumen total consumido y el 44,1% del presupuesto total destinado a la alimentación.

Por tipos de productos, destaca el crecimiento del consumo de alimentos como los platos preparados (+4,2%), las patatas (+1,2%), la bollería, pastelería, cereales y productos navideños (+0,6%) y los frutos secos (+0,3%). Las legumbres, por otra parte, han mantenido su consumo estable en 2016.

Sin embargo, en otros alimentos como el aceite, la leche líquida, los derivados lácteos, la carne, el pescado, las frutas frescas, las hortalizas frescas, las frutas y hortalizas transformadas, el pan, la pasta y los huevos se constata un descenso.

En cuanto a las bebidas, los datos muestran un aumento en el consumo de los vinos tranquilos con DOP, los vinos espumosos (incluido Cava) y gasificados con DOP, los vinos con IGP, el agua envasada, las bebidas refrescantes y las cervezas, y un descenso en el caso de los vinos sin DOP/IGP, las bebidas refrescantes, los zumos y néctares, y las bebidas espirituosas.