Uno de los usos más innovadores que se le pueden dar a los drones es aquel enfocado en  ámbito de la protección civil. Un ejemplo es la empresa Drone by Drone que, mediante el uso de una variada flota de drones, realiza trabajos en el marco de las emergencias y la seguridad, desde servicios con pequeños multicópeteros para la observación del aérea desde un punto de vista avanzado hasta los servicios más especializados como la fotogrametría o el uso de cámaras termográficas o multiespectrales.

Los servicios que actualmente puede ofrecer la compañía pueden resultar “esenciales” para la adquisición de datos y seguimiento por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los Servicios de Protección Civil. Así, destaca la búsqueda y localización de personas extraviadas, tanto de día como de noche, valiéndose de cámaras de espectro visible y termográficas; la observación y toma de datos mediante drones pequeños y silenciosos fácilmente portables; el control de incendios y evaluación de accidentes y desastres mediante el uso de drones de ala fija, tipo avión o multicópteros empleando técnicas fotogramétricas para la reconstrucción en 3D del terreno o de objetos; o como puesto aéreo avanzado de mando en coordinación con el responsable de la gestión de la emergencia y con retransmisión en tiempo real de la información sobre el punto caliente.

Además, ayudan en el control de fronteras; para investigaciones y peritaciones policiales, ofreciendo una reconstrucción de la zona a estudio desde un punto de vista avanzado para la realización de mediciones posteriores; y a los bañistas y practicantes de deportes náuticos por medio de PULSOS – IRS, proyecto de concepción propia consistente en un sistema de drones, flotador, pulsera y app para garantizar el apoyo a bañistas que se encuentren en apuros en pantanos y zonas costeras.

Un ejemplo práctico del uso de drones se encuentra en África, donde, en las zonas que se ven afectadas por los conflictos, algunas versiones de esta tecnología están siendo usadas por organizaciones humanitarias como ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, en la planificación de respuestas de alivio y en el salvamento de vidas.

Ford
Ford

Los drones se están usando en países como Níger, Burkina Faso y Uganda para ayudar a mapear a una gran población de personas desplazadas, evaluar sus necesidades y buscar la mejor manera de hacerles llegar la asistencia. También están siendo utilizados para evaluar los daños medioambientales causados por el desplazamiento.

“Esta tecnología se puede aplicar de muchas formas pacíficas, ya sea en derechos humanos, entrega de ayuda humanitaria o mapeo de asentamientos”, señala Andrew Harper, jefe de la unidad de innovación de ACNUR, recalcando que el uso potencial de los drones es “abrumador”.

Para llevarlo a cabo, ACNUR recurrió a un nigeriano autodidacta productor de drones, Aziz Kountche, para que les ayudara a entender la dinámica de los movimientos de la población. Él creó un dron simple pero efectivo que se asemeja a un modelo de avión, el T-800 M, el cual cuenta con la autorización del Gobierno para operar en las áreas de conflicto. De esta forma, capturó vídeo e imágenes fijas para crear un mapa preciso de los nuevos asentamientos, el cual será crucial para apoyar la respuesta humanitaria en un área con un tamaño similar a Bélgica.

Las imágenes posibilitan a ACNUR y sus socios visualizar la situación de los sitios e identificar y satisfacer las necesidades de los múltiples servicios, incluyendo sistemas de agua, letrinas, instalaciones educativas y de salud. Y también ayuda con el registro de los desplazados.

Un ejemplo muy similar es el reto DJI Developer Challenge lanzado por Ford y DJI con el fin de crear un sistema de exploración para el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas con el fin de inspeccionar zonas de emergencia inaccesibles incluso para los vehículos más versátiles. Gracias a esta tecnología, los equipos de primera intervención de Naciones Unidas, en casos de terremotos o tsunamis, podrían desplegar rápidamente drones que fueran capaces de supervisar y generar mapas de las zonas más afectadas, y todo desde la cabina de un F-150.

Concretamente, los desarrolladores tendrán como tarea crear un software que permita que un F-150 y un dron se comuniquen en tiempo real. Este sistema de exploración de rápido despliegue de las Naciones Unidas funcionaría, “idealmente”, de la siguiente manera. En un desastre, el equipo de respuesta de emergencia se trasladaría con un F-150 tan lejos como fuera posible en la zona de emergencia generado por un terremoto o un tsunami.

Utilizando la pantalla táctil de Ford SYNC 3, el conductor podría identificar un área objetivo y lanzar el dron accediendo a una app que se controlaría a través de Ford SYNC AppLink. El dron seguiría una ruta de vuelo sobre la zona, tomando imágenes de vídeo y generando un mapa de supervivientes asociado a imágenes de primer plano de cada uno.

Mediante el smartphone del conductor, el F-150 podría establecer una comunicación en tiempo real entre el dron, el vehículo y la nube, de tal manera que los datos del vehículo se pudieran compartir. Los datos se transmitirían al dron de tal manera que el conductor podría dirigirse a un nuevo destino mientras el dron le alcanzaría y se acoplaría al vehículo.

Los desarrolladores podrán utilizar los datos disponibles del vehículo a través de SYNC AppLink o de la plataforma OpenXC para crear una experiencia de comunicación entre dron y vehículo eficiente.

Aunque este reto tiene una misión concreta, el software desarrollado podría llegar a permitir aplicaciones en áreas como la agricultura, silvicultura, construcción, inspección de puentes, búsqueda y rescate, y muchos otros espacios de trabajo en los que los vehículos se ven limitados por espacio, altura o condiciones del terreno.

Uno de los usos más comunes de los drones en protección civil es en el ámbito de la extinción de incendios, destacando los ejemplos de las compañías Delsat, Drone Hopper y Embention.

Delsat International Group, empresa habilitada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), es la primera empresa aragonesa de drones que se instala en el Aeropuerto de Teruel. Entre los trabajos que desarrolla se encuentra su aplicación como herramientas de los equipos de extinción de incendios, basada en la seguridad de los bomberos en sus intervenciones. Daniel Yuste, director de Delsat International, explica que, cuando el dron se envía, transmite en tiempo real las imágenes de su cámara al jefe del operativo in situ y al Centro de Control del Parque, de manera que se coordinan y dan órdenes a los bomberos que intervienen, velan por su seguridad y les informan de la evolución del fuego para que en todo momento corran el menor riesgo posible. La transmisión es por 3G/4G y, si no hay cobertura de telefonía móvil, se realiza por vía satélite.

Drone Hopper
Drone Hopper

En el caso de Drone Hopper, se trata de un dron diseñado para la extinción de incendios forestales con una capacidad de 300 litros. Fue creado como una herramienta ágil y eficaz con capacidad para nebulizar agua a altas velocidades, pudiéndose utilizar como sistema de escape en situaciones críticas, ya que es capaz de hacer un barrido de 50 a 100 metros de distancia por descarga.

Este sistema patentado de descarga sirve, además, para generar líneas de cortafuego con retardantes que impiden el avance de las llamas a zonas de mayor peligro. También, a su vez, se emplea para dirigir el avance de las llamas hacia zonas en las que exista una menor biomasa y, por tanto, el fuego no se vuelva incontrolable.

En otras ocasiones, lo que se requiere es un sistema preciso y a su vez veloz a la hora de enfrentarse al fuego, ya sea por su inmadurez, característica que lo hace menos propenso a ser extinguido conforme avanza el tiempo, o por la topografía del terreno, que imposibilita la entrada de medios convencionales de extinción.

Además, gracias al conjunto de sensores instalados, el dron es el mayor aliado de los equipos de extinción, capaz de detectar el foco del incendio y su dirección y de dar datos precisos en tiempo real del estado del fuego. Por último, cabe destacar que, mientras los equipos de extinción aérea se ven impotentes ante la imposibilidad de actuar en condiciones nocturnas, Drone Hopper les permitirá hacerlo sin ningún riesgo para sus vidas, llevando el control del dron desde una posición segura y coordinándose de manera precisa con los equipos de extinción presentes.

Por su parte, la bomba guiada Flamingo nació en 2007 como fruto de la tesis en Norteamérica del alicantino David Benavente, fundador de la actual empresa Embention. La bomba está compuesta por dos partes principales: la unidad de control y el depósito y tiene unas dimensiones de 2,65 metros de longitud, 0,4 metros de diámetro y 21,7 kilos como peso neto.

El depósito tiene una capacidad de 200 litros de agente extintor (cualquiera es válido mientras sea compatible con el polietileno) mientras que la unidad de control utiliza la tecnología del autopiloto Veronte, la cual hace uso, entre otros, de sensores INS/GPS que le permiten lograr una precisión propia del ámbito militar.

La bomba puede ser lanzada desde una altitud de 3.500 metros, sus 200 litros de agente cubren un área de 100 m2 y está adaptada para ser utilizada desde naves de carga con portón trasero y palés de 463 litros.

Entre las principales ventajas de la bomba guiada Flamingo, que destaca porque el agente extintor llega encapsulado al foco del incendio, desunta la extinción nocturna de incendios; la actuación en aéreas inaccesibles; la precisión en la distribución del agente extintor; o su uso en condiciones climáticas adversas y fuertes vientos.

Además, incorpora un mecanismo de recuperación que permite la separación de la unidad de control y la liberación de un paracaídas momentos antes del impacto, permitiendo la recuperación de este componente. De esta manera, se permite salvar el componente más costoso de la bomba, pudiendo reutilizarlo y lograr que el sistema sea especialmente eficiente.

 

REPORTAJE INCLUIDO EN EL ESPECIAL SOBRE DRONES DE MAYO DE AGENDA DE LA EMPRESA