Se requieren sistemas técnicos complejos que permitan garantizar la seguridad y calidad del suministro desde la generación al consumo

Hay un conjunto de tendencias macro que están haciendo cambiar el sector eléctrico de forma importante. Por una parte, el fuerte peso que están tomando las renovables y la generación distribuida y, por otra, la revolución digital del sector, en línea con el paradigma de la Industria 4.0.

Respecto a la mayor introducción de las energías renovables en los sistemas eléctricos, hay cuatro grandes impulsores. El primero de ellos sería la reducción de costes tanto de capital como de operación y mantenimiento, consecuencia de la innovación, la curva de la experiencia acumulada y los factores de escala en la fabricación de aerogeneradores, paneles solares, etc., que las ha hecho competitivas en precio y tiempo de construcción frente a las energías tradicionales. Esta situación está llevando a la baja los precios en los mercados mayoristas (el pool).

FranqueloEl segundo sería que las renovables están técnicamente capacitadas para ayudar a la mejor operación de la red y, prueba de ello, es la regulación española, pionera a la hora de permitir que las renovables puedan participar en las subastas de los mercados de ajuste de la red desde finales de 2015, con mejor remuneración en las subastas.

El tercer impulsor es la reducción de las barreras de entrada a las mismas en las que entran muchos más actores, dado que se trata de instalaciones más simples, tanto de implantar como de operar. Por lo tanto, se podría clasificar a las renovables como más “democráticas” al estar mucho menos concentrada la propiedad de las mismas.

Finalmente, el cuarto impulsor son los acuerdos políticos, como el de París 2015 para frenar el cambio climático o los nuevos objetivos de la Comisión Europea de superar el 27% de energías renovables en 2030. Este impulso político se refuerza cuando, como en Europa, las renovables dan empleo a más de un millón de personas y han generado 144 millones de euros en 2014. El objetivo de la Comisión es convertir a Europa en el número uno mundial en producción de energías renovables. La subasta de energías renovables de mayo de este año en España será clave para el desarrollo del sector nacional, que tras años de fuerte crecimiento ha pisado el freno en la construcción de nuevas instalaciones.

La energía constituyó la base de la revolución industrial en el pasado. Hoy, la digitalización está suponiendo una revolución para el sector a través de la información. La energía se genera con una gestión más eficaz, se negocia en los distintos mercados mayoristas como en mercados de cualquier otro bien, las redes son más inteligentes o, lo que es lo mismo, más seguras y adaptables a cambios. Todo esto era impensable hace unos años; sin embargo, aparecen nuevos retos y amenazas, como la posibilidad de hackear los sistemas de control de las redes, de la generación o incluso a través de los smartmeters que tenemos en casa. El incremento del mix de renovables -que dependen de recursos no gestionables como el sol o el viento- supone un reto importante para el sistema eléctrico, especialmente cuando se alcanzan cuotas elevadas del mismo.

Por lo tanto, se requieren sistemas técnicos complejos que permitan garantizar la seguridad y calidad del suministro desde la generación al consumo. Desde Isotrol, estamos trabajando en esta nueva generación de sistemas de gestión energética. Un ejemplo de ello son los sistemas de monitorización y control de plantas generadoras de energías renovables en más de 1.445 instalaciones en 35 países que gestionan más de 20 GW de potencia eléctrica, o los nuevos desarrollos que aprovechan las nuevas tecnologías Big Data y Machine Learning para optimizar su gestión.

 

José García Franquelo

Director de Innovación y Tecnología de Isotrol

Ingeniero Industrial por la Universidad de Sevilla y experto en Organización y Gestión de la Innovación Tecnológica

 

ARTÍCULO INCLUIDO EN EL ESPECIAL ‘DIGITALIZACIÓN DE LA ENERGÍA’ DEL NÚMERO DE JUNIO DE AGENDA DE LA EMPRESA