Una familia tipo española tiene que dedicar hoy algo más de 24 años a pagar la compra de una vivienda media, es decir, el doble de tiempo que a finales de la década de los noventa, cuando destinaba 12 años, y 4,5 años más que el máximo histórico anterior, registrado en 1991, según un estudio incluido en el último boletín económico del Banco de España.

En el informe se pone de manifiesto que el descenso del coste real de la financiación (4 puntos porcentuales) se ha más que compensado con el aumento en los precios reales de la vivienda, al tiempo que los cambios en la fiscalidad habrían tenido poco efecto sobre la evolución temporal del esfuerzo.

A pesar de todo, el análisis concluye que en los últimos años han mejorado sustancialmente las condiciones de acceso de las familias españolas al mercado de crédito hipotecario, como consecuencia tanto de la evolución de sus rentas y de los tipos de interés como, sobre todo, del alargamiento de los plazos típicos de las hipotecas.

Estos factores han reducido la cuantía de los pagos que deben realizar durante el primer año de vida de sus hipotecas las familias que quisieran adquirir hoy una vivienda.

Sin embargo, en otras dimensiones también importantes para valorar el esfuerzo asociado a la compra de una nueva residencia, la evolución durante ese mismo período ha sido de signo contrario. Así, se ha incrementado considerablemente el esfuerzo teórico que supone acumular los recursos necesarios para hacer frente al desembolso inicial de la operación de compra. Además, teniendo en cuenta ya una determinada intensidad del esfuerzo que supone la adquisición de un nuevo inmueble, éste debe mantenerse ahora durante un período más largo.

Advierte el estudio que en un contexto en el que dominan los préstamos a tipo variable, esta duración más dilatada de las hipotecas conlleva igualmente una mayor exposición a las posibles perturbaciones por el aumento de los tipos de interés, o una disminución de las rentas de las familias por problemas de empleo.

El último boletín del banco emisor incluye también cifras sobre la evolución de la deuda de las familias en el primer trimestre del año. Según estos datos, el endeudamiento de los hogares en el primer trimestre del año alcanzó los 549.800 millones de euros, lo que supone un incremento del 19,8% respecto al mismo periodo del año anterior. Los créditos destinados a la adquisición de vivienda crecieron un 23,7%, hasta los 395.800 millones de euros. El organismo que dirige Jaime Caruana apunta, asimismo, que la información provisional correspondiente al mes de abril muestra que la deuda de las familias sigue sin dar muestras claras de moderación.

El Banco de España analiza también el impacto del «efecto riqueza» en el consumo. En concreto, la entidad emisora concluye que ante una subida del 10% en el precio, una familia con una vivienda principal valorada en 120.000 euros experimentaría, de promedio, un aumento de unos 240 euros en su gasto anual. Según la edad del cabeza de familia la cifra variaría. El aumento sería más del triple si los propietarios tienen entre 35 y 44 años y ligeramente superior a la cifra media si se tiene entre 45 y 74 años. Para los más jóvenes, los menores de 35 años, y los más mayores, más de 74, el efecto no es, en cambio, significativo.

La ministra del ramo, María Antonia Trujillo, por su parte, se refirió ayer a medidas adoptadas por el Gobierno para facilitar el acceso a la vivienda. Durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, Trujillo afirmó que el Ejecutivo ha reorientado e impulsado operaciones urbanísticas que tenía paralizadas el Gobierno de José María Aznar, lo que ha permitido sacar al mercado 5,5 millones de metros cuadrados para construir 28.000 viviendas protegidas en un año, frente a las 1.500 del PP.