El Instituto de Crédito Oficial ha vuelto al mercado de bonos sociales con una emisión por importe de 500 millones de euros. Con esta operación, se convierte en el primer emisor que tiene en mercado tres transacciones de esta categoría con un volumen total de 2.000 millones de euros.

La emisión, dirigida por HSBC, Goldman Sachs y Crédit Agricole, paga un cupón del 0,10% y tiene un plazo de cuatro años. Bien recibida en el mercado, los libros de órdenes registraron una demanda superior a 800 millones de euros. Este escenario permitió cerrar la operación con un spread de ocho puntos básicos sobre la referencia del Tesoro al mismo plazo.

El 49% de la transacción se ha colocado entre inversores acreditados como socialmente responsables (SRI por sus siglas en inglés) lo que muestra la buena acogida de los bonos del ICO entre la base inversora especializada. En la distribución por tipologías, destaca la demandada registrada por las gestoras de fondos que han adquirido el 34% del total de la emisión, seguidas por aseguradoras y fondos de pensiones con el 29% y bancos con el 22%. El resto del papel ha sido distribuido entre bancos centrales.

Respecto a la distribución geográfica, el 63% de los bonos se ha colocado entre inversores extranjeros, destacando entre ellos los de Alemania y Holanda. Además, destaca la demanda originada por las cuentas asiáticas, entre las que se ha repartido el 10% del total de la deuda.

Con los recursos captados con las emisiones de bonos sociales, el ICO se compromete a financiar los proyectos de empresas localizadas en comunidades autónomas con un PIB per cápita inferior a la media española.