Cajasur cerró el ejercicio 2004 con unos beneficios netos de 92,6 millones de euros, lo que representa un 21% más que en 2003. La Caja se sitúa en el listón más alto de los últimos tiempos, puesto que tanto la cartera de créditos (9.193 millones), con una subida de 19%, como los márgenes de explotación (172 millones), con un alza del 20%; y la eficiencia de la entidad (los euros que gasta en gestionar el dinero que ingresa) adquieren cotas muy positivas, según el balance consolidado presentado ayer por su presidente, Miguel Castillejo.

La Caja deja 2004 con un volumen de activos de 12.028 millones de euros (+19%) y un flujo financiero que va desde los 9.193 millones de inversión crediticia (+19) en el balance consolidado a los 9.711 millones de euros en recursos captados a clientes (+16). La cartera de valores ascendió a 92,6 millones (+21,1%). De este montante, 21 millones se destinarán a la Obra Social y Cultural de 2005 –una de las entidades que más destina- y el resto, a provisión de reservas. En todo el resultado, ha de tenerse en cuenta el valor del holding empresarial, que participa en 110 empresas.

Deseo de renovación
Por otro lado, el presidente de Cajasur, Miguel Castillejo, anunció ayer su «gran deseo de ser renovado en la presidencia» de la entidad cordobesa pese a que el reciente acuerdo suscrito entre la Junta de Andalucía y la Iglesia apuntaba su salida de la caja para noviembre de este año, tras un proceso de reforma de estatutos, reglamentos y órganos rectores.

En la presentación del balance de Cajasur de 2004 -donde anunció un cierre de beneficios netos de 93 millones de euros (+21,1%) para el grupo consolidado, un crecimiento del 82% desde 2001-, Castillejo aprovechó la ocasión para admitir que «estoy en condiciones de poder seguir un tiempo, aunque he de ir pensando en que algún sustituto me coja el relevo… Tengo la convicción de que hay magníficos sacerdotes con sabiduría y juventud que pueden ser excelentes relevos». No obstante, matizó que «sólo Dios sabe cuándo me tocará cesar».

En un momento en el que la Junta y Cajasur están en conversaciones para los nuevos estatutos, que podrían estar en marzo, Castillejo reconoció que «nadie puede decir la última palabra» y advirtió que «aún faltan algunos instrumentos» por ver, «a los que estoy seguro que la Junta no va a cerrarse porque se ha superado la mayor».