Tras más de tres años y medio de construcción, el puente de Mersey, en Reino Unido, se abrió al tráfico el pasado viernes. FCC Construcción forma parte del consorcio constructor Merseylink Civil Contractors Joint Venture (MCCJV), integrado además por la británica Kier y la coreana Samsung.

El nuevo puente forma parte de la nueva autopista emprendida por el Ayuntamiento de Halton, una red de carreteras de 9,2 kilómetros que conecta las ciudades de Runcord y Widnes, en las proximidades de Liverpool, y que incluye como estructura destacada el puente de Mersey, atirantado de seis carriles de peaje.

El propósito de esta obra civil, reconocida por KPMG entre los 100 proyectos de infraestructuras más importantes del mundo, es aliviar la congestión del puente Silver Jubilee, abierto en 1961, y que ha supuesto hasta la fecha el único paso sobre el río, así como conectar esta zona con la red principal de autopistas del Noroeste de Inglaterra.

El puente tiene una longitud total de 2.248 metros, con un tramo central de un kilómetro aproximadamente y dos viaductos, y dispone de cuatro vanos soportados por tres pilonos en el estuario de Mersey.

El pilono central alcanza los 80 m de altura y es más bajo que los otros dos pilonos, con 110 metros el del lado norte y 125 m el del lado sur, se han empleado 1,296 km de cables conectados con estas pilas al tablero del puente. La nueva red de carreteras incluye un total de 12 puentes y siete nuevos enlaces, con 127.425 m3 de hormigón utilizados en la obra.