La facturación de las 1.404 empresas funerarias que operan en España alcanzó en 2016 los 1.430 millones de euros, frente a los 1.471 millones del año anterior, según los datos incluidos en la ‘Radiografía del sector funerario’, informe anual elaborado por la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef).

La caída en la facturación viene determinada por la estabilidad del coste de los servicios funerarios y el descenso de la mortalidad respecto al año anterior, ya que, en 2016, se registraron 409.099 fallecimientos, un 3,12% menos que en 2015, año en el que fallecieron 422.276 personas.

Según Juan Vicente Sánchez-Araña, presidente de Panasef, “al contrario de lo que pudiera parecer, el volumen de facturación no corresponde exclusivamente a la facturación de empresas funerarias en sentido estricto, sino que en ella intervienen hasta nueve agentes económicos diferentes como floristerías, aseguradoras, medios de comunicación, empresas de catering…”, entre otros.

Durante 2016, el 40,33% de los fallecidos fueron incinerados y la asociación prevé que para el año 2025 esta opción alcance el 60%. Para poder cubrir esta creciente demanda, España dispone de 380 hornos crematorios, “el número más alto de toda Europa”, según la patronal de servicios funerarios.

“El sector continúa invirtiendo y el número de tanatorios sigue creciendo”, como lo demuestra la existencia de 2.429 instalaciones de tanatorios o velatorios, con 7.050 salas, para una media de 1.120 fallecimientos diarios, lo que supone 6,3 salas de velatorio por fallecimiento.