Muchas son las empresas del ámbito agrícola que están impulsando diversas soluciones tecnológicas e innovadoras con el propósito principal de promover una mayor y mejor producción del sector

vegetablesEl sector agrícola es uno de los que más se ha beneficiado de los avances tecnológicos a lo largo de los últimos años, originando la denominada agricultura de precisión, que permite recoger y tratar gran cantidad de datos, permitiendo el control de las diferentes variables que afectan a los cultivos y procesos industriales.

Así, en materia de I+D+i, el expertise de Citoliva -Centro Tecnológico del Olivar y del Aceite- y su capacidad para desarrollar proyectos de investigación y diseñar servicios y generadores de valor real y sostenible alineados con las necesidades reales de las empresas ha permitido elevar el nivel tecnológico y la competitividad del tejido empresarial oleícola español, a través de la transferencia de resultados de investigación y el fomento de la investigación cooperativa.

Para ello, desde la compañía afirman que el Centro Tecnológico trabaja “de manera proactiva e innovadora, adelantándose a las necesidades de innovación y desarrollo tecnológico de la industria oleícola para transformarlas en proyectos reales y tecnologías avanzadas, enfocados hacia las tendencias más rupturistas como son en el campo agronómico, hacia una agricultura de precisión, a través del uso de sensores que controlen en detalle las necesidades hídricas o de abonado de la planta, con el objetivo de hacer un uso eficiente de los recursos y asegurar que el olivar tiene en todo momento lo que necesita para una óptima producción”.

IMG_4673Citoliva también está aplicando esta monitorización en la lucha contra las plagas que afectan al cultivo. “Tanto en un caso como en otro, la utilización de drones está siendo o va a ser cada vez más habitual. Todo ello se complementa, a su vez, con una cada vez mayor mecanización de las labores agrícolas”, indica la compañía.

Y concretamente, en la almazara, están orientando esta innovación tecnológica a hacer los procesos más respetuosos ambientalmente, así como más eficientes. Fundamentalmente, los trabajos llevados a cabo se han centrado en dos etapas cruciales en la elaboración de los aceites de oliva vírgenes: batido de la pasta y centrifugación, cuyo objetivo es mejorar la calidad de los vírgenes extra y el rendimiento del proceso. Ambas tecnologías, bien de forma separada, bien de forma conjunta, “suponen un avance en el proceso de extracción que permiten optimizarlo, mejorar las características sensoriales y físico-químicas de los aceites, a la vez que traen consigo un considerable ahorro de energía y un menor impacto medioambiental”, afirman desde Citoliva. Asimismo, se ha avanzado en el acondicionamiento de la pasta antes del batido en frío y en modificaciones significativas en los decanter, que están enfocadas al ahorro máximo de agua y menor gasto energético.

Por su parte, Dcoop, como cooperativa agroalimentaria de segundo grado, persigue obtener la máxima rentabilidad para sus agricultores y ganaderos, ofreciendo al consumidor productos de máxima calidad y garantía. Para alcanzar este objetivo, el grupo cooperativo asegura estar “continuamente innovando en las diversas áreas de actividad como es el caso de la implantación de las nuevas herramientas tecnológicas para una agricultura de precisión cada vez más automatizada y centralizada”.

Parcela 1 sensor suelo y ambienteEn la actualidad, los consumidores demandan una información más veraz y completa sobre los productos agroalimentarios que consumen, lo que implica que la trazabilidad de los productos es un valor añadido. En este sentido, los avances tecnológicos de Dcoop también están dirigidos a “garantizar esta trazabilidad desde el producto final que adquiere el cliente hasta el origen en campo, aportando información de todo el proceso que ha seguido y su manejo”.

Una de las vías para alcanzar este objetivo -explica la compañía- es el despliegue de sensores y equipos de medida para monitorizar los factores que afectan durante la cosecha y transformación en las industrias. Por ello, Dcoop está evaluando diversas tecnologías a lo largo de toda la cadena de valor con el objetivo de identificar el grado de aplicabilidad e idoneidad en el sector agroalimentario y especialmente en olivar.

Un ejemplo de la labor que Dcoop está realizando en esta área específica es el proyecto europeo denominado IOF2020, donde el grupo cooperativo participa como testador final de la aplicabilidad de la tecnología de Internet de las Cosas mediante ensayos en campo y almazaras con el objetivo final de alcanzar una óptima trazabilidad durante todo el proceso y maximizar la calidad de sus productos finales.

También Oleoestepa, tanto el laboratorio de aceites como el de aceitunas, ha desempeñado una importante labor investigadora en busca de mejorar la calidad de los aceites producidos. Por tanto, desde sus inicios ha  apostado de manera decidida por la innovación. Tanto es así que, en el pasado 2011, el Consejo Rector decidió crear un departamento de I+D+i, que asumiera plenamente las labores de investigación, orientado al desarrollo de proyectos que permitieran mejorar la calidad de los aceites producidos, obtener nuevos productos y alternativas tecnológicas de alto valor añadido, así como desarrollar y mejorar procesos productivos y envasado del aceite de oliva virgen extra dentro de la compañía, además de trabajos encaminados a la valorización eficiente de los subproductos generados como consecuencia de la actividad productiva de la organización.

oleostepa1Desde la compañía detallan que la estrategia del departamento se basa, entre otras cuestiones, en identificar las áreas tecnológicas prioritarias para el desarrollo de proyectos I+D+i con la intención de mejorar “sustancialmente” la actividad productiva; alcanzar mediante la I+D+i niveles de capacidad tecnológica apropiados para contribuir con una mayor fortaleza la presencia de la compañía; alcanzar elevadas cotas de innovación en la producción y envasado del aceite de oliva virgen extra; incorporar los resultados de la innovación a los procesos productivos; dar continuidad a las actividades de I+D+i a través de la colaboración y sinergias creadas entre todos los departamentos de la compañía; mantener y reforzar la capacidad de innovación, calidad y excelencia tecnológica como rasgos de identidad diferencial; proponer a sus clientes formas de negocio innovadoras posibilitadas por los avances tecnológicos alcanzados, ofreciendo así nuevos productos y canales de acceso a los mismos. En esta línea, y a pesar de la corta vida del departamento de I+D+I, la compañía recalca que éste ha experimentado “una intensa actividad poniendo en marcha diversos proyectos e iniciativas como nuevas técnicas de filtración de aceites optimizadas y no invasivas; valorización eficiente de subproductos de almazara: hoja de olivo y alperujo (compostaje); y mejora de la calidad y seguridad alimentaria de nuestros aceites”.

Así, Oleoestepa sigue apostando por el I+D como vehículo para fortalecer la empresa y su estrategia se basa “en mantener siempre la iniciativa en el mercado de aceites de calidad, mediante el desarrollo de proyectos que puedan añadir un valor superior al consumidor final. De esta manera, iniciamos un ciclo donde se incrementan las ventas por tener un producto más atractivo que genera más beneficio, que en parte se puede reinvertir en I+D”, informan.

Manzanilla Olive también tiene claro la importancia de los avances tecnológicos en su actividad empresarial, de tal forma que tiene un lugar de suma importancia en el desarrollo de la planificación estratégica en la que se definen objetivos, estrategias y líneas de actuación. “Aún tenemos razones para seguir trabajando, colaborando, aunando fuerzas y recursos para desarrollar ideas y avances en el plano tecnológico y digital que faciliten el trabajo de nuestros agricultores, de nuestras cooperativas y que ello repercuta positivamente en nuestros consumidores y clientes finales, ofreciendo un producto de calidad y sostenible”, sostienen.

trabajadora en laboratorioPor ello, una de sus inquietudes ha sido “la de desarrollar o detectar los recursos tecnológicos que permitan, por un lado, obtener la mejor cosecha para producir nuestros productos (aceituna de mesa) con un nivel óptimo de calidad y seguridad alimentaria; y, por otro, dar toda la información sobre los productos al consumidor para que pueda elegir cómo, cuándo y dónde adquirirlos; en definitiva, lograr una mejora significativa en la eficiencia productiva del Grupo Manzanilla Olive. Debemos asumir que la tecnología y la digitalización nos abren nuevos modelos de negocio”, indican desde la compañía.

La empresa recalca que la innovación tecnológica no es nueva en agricultura, sino que se lleva aplicando más de 50 años en materia de mejora de semillas, riego o maquinaria, etc. Por ello, inciden en que, en menos de diez años, “las empresas que no acometan nuevas transformaciones tecnológicas, tendrán un problema de competitividad. Nuestra recomendación para aquellas empresas que aún no lo han hecho, es dar el salto cualitativo y apostar fuertemente por introducir los nuevos avances tecnológicos y digitales en sus procesos productivos y de gestión”, apuntan.

En esta línea, actualmente Manzanilla Olive coordina el desarrollo de un proyecto dentro del Grupo Operativo Sustainability Table Olive´s World 4.0. Se trata de un proyecto “innovador” que recogerá medidas con el fin de optimizar la comercialización y aumentar los ratios de calidad de la aceituna de mesa con una base tecnológica en la Industria 4.0.

También en González Byass, la innovación unida a un desarrollo sostenible son las claves en su día a día. “Estos dos aspectos han supuesto, sin duda, una ventaja competitiva a lo largo de los más de 180 años de historia de la bodega. Todas las áreas funcionales, desde el viñedo, su diseño y el desarrollo de los productos, a la comunicación, marketing o enoturismo guían la actividad bajo estas dos premisas. De este modo, podemos afirmar con orgullo que, hoy por hoy, el espíritu innovador y sostenible está integrado en el ADN de la compañía y de todos sus empleados”, admiten.

Foto_2En esta línea, González Byass trabaja con diferentes universidades y otras entidades en diferentes proyectos de investigación e innovación. Es el ejemplo de Viñas del Vero, que colabora en la actualidad con la Universidad de Zaragoza y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para el desarrollo del programa LIFE Rewind, un proyecto de la Unión Europea que promueve el uso rentable de las energías renovables y demuestra su sostenibilidad desde el punto de vista técnico, medioambiental y económico en el sector vitivinícola. Esta bodega del Somontano también participa, junto a Finca Constancia, con la bodega Martín Códax, los Centros Tecnológicos VITEC, el IIVV de la Universidad de León y la Universidad de Zaragoza en Retmavid en un proyecto que persigue minimizar la incidencia de enfermedades en la madera de la vid.

Asimismo, González Byass también ha promovido el proyecto de I+D BESTBRANDY ‘Factores que influyen en la calidad del Brandy y nuevos sistemas de elaboración del mismo, desde el viñedo al envasado’, en el marco del programa FEDER Interconecta. Esta iniciativa es un consorcio público-privado que cuenta con la participación como socios de Bodega Las Copas, de Bodegas Fundador y del fabricante de productos enológicos y maquinaria para bodegas Agrovin. Además, este proyecto cuenta con la colaboración de la Universidad de Cádiz, la Universidad Politécnica de Madrid, IFAPA-Rancho de la Merced, ITENE y el CSIC. Por su parte, Finca Constancia ha inaugurado recientemente una micro-bodega experimental para analizar la adaptación de algunas de las variedades tintas autóctonas y foráneas plantadas en el “Jardín experimental” de esta bodega. Este innovador proyecto, enmarcado en el programa FEDER Interconecta, permitirá obtener datos sobre variedades poco comunes en el panorama vitivinícola español tales como su evolución, equilibrio o características organolépticas. Las primeras uvas que serán objeto de estudio en esta bodega, compuesta por doce depósitos de fermentación troncocónicos y dotada con tecnología de vanguardia, serán las de Malbec, Zinfandel, Barbera, Montepulziano, Touriga Nacional y Garnacha Tintorera.

Citoliva, Dcoop, Inés Rosales, Manzanilla Olive, Oleostepa y Gonzalez Byass ejemplifican la actual tendencia ascendente ligada al sector agrario en la que cada vez más empresas están adoptando diferentes soluciones tecnológicas e innovadoras con el propósito principal de impulsar una mayor y mejor producción del sector.

 

Artículo incluido en el número de octubre de Agenda de la Empresa