Más del 64% de los andaluces está de acuerdo con que se habiliten zonas especiales para la práctica del botellón. Esa es una de las principales conclusiones del estudio sobre las repercusiones de la futura Ley del botellón (actualmente en trámite) que ha elaborado la Junta de Andalucía y que ayer presentó la consejera de Gobernación, Evangelina Naranjo.

La muestra, realizada tanto entre jóvenes que realizan la botellona como entre los ciudadanos que se consideran afectados por ella, concluye que este fenómeno ha dejado de ser una moda para convertirse en «cultura» que no varía en el tiempo y que lleva desarrollándose en Andalucía desde hace veinte años. Una práctica que además está totalmente extendida ya que al menos el 61 por ciento de los jóvenes de entre 14 y 31 años hace botellón los fines de semana y, más de la mitad lo suele hace dos o tres veces por semana.Aunque los días cumbre para esta práctica son el viernes y el sábado, últimamente se observa que van al alza los jueves como día para practicarlo igualmente. Sin embargo, también hay un dato claro y es que el 40 por ciento del os andaluces se siente afectado por el botellón. Entre ellos, el 21 por ciento se ve afectado por los ruidos que supone la realización de estas concentraciones, un 19 por ciento por problemas de tráfico, un 32 por ciento por la «mala imagen» que se trasmite de la ciudad y un 20 por ciento de manera más directa porque tiene hijos o algún otro familiar que suele acudir normalmente a estos eventos.