El primer número de 2018 de Agenda de la Empresa es una excelente oportunidad para, en primer lugar, hacer balance del comportamiento de la economía andaluza durante el año que acabamos de cerrar y, en segundo lugar, anticiparnos a los retos inmediatos y de futuro que tenemos por delante.

2017 ha sido un buen año económico. La economía regional está creciendo al 3%, siete décimas más de la previsión con la que arrancamos el ejercicio; el empleo ha aumentado por encima del 4%; y el paro se ha reducido a un ritmo de dos dígitos. Uno de cada cinco empleos generados en España es andaluz.

Antonio Ramírez de Arellano LópezAndalucía, además, no solo crece, sino que su crecimiento es de calidad y está equilibrado. Se sustenta en todos los sectores, con especial hincapié en el industrial y el de servicios, con una clara vocación exportadora.

Es precisamente en el extraordinario comportamiento del sector exterior andaluz donde se asienta buena parte del dinamismo de la economía andaluza en 2017.

Cerca de la mitad del crecimiento del PIB regional (43,6%) proviene del sector exterior. En los primeros nueve meses del año, las empresas exportadoras andaluzas han vendido 22.727 millones de euros, un 20% más que en el mismo periodo del año 2016. Con estas cifras, Andalucía duplica la media nacional y bate récord de superávit, con 1.473 millones de euros frente a los más de 18.000 millones de euros de déficit de la balanza comercial española. Y todo a pesar de que el principal producto importado es el petróleo.

Andalucía continúa ostentando el liderazgo dentro del sector agroindustrial, con uno de cada cuatro euros exportados. Nuestro producto estrella sigue siendo el aceite de oliva, con 2.334 millones de euros vendidos. Pero a este liderazgo de las empresas andaluzas en un sector con tradición y siglos de saber hacer se le suma el cada vez mayor peso de Andalucía en exportaciones de productos y servicios de vanguardia.

La industria aeronáutica, altamente tecnologizada, y las exportaciones de media y alta tecnología, con un crecimiento éstas últimas del 47%, hasta superar la barrera de los 5.300 millones de euros vendidos, ponen de relieve la competitividad de las empresas andaluzas, que miran ya de tú a tú a sus competidores internacionales.

La internacionalización de la economía andaluza es un hecho y explica el cambio del modelo productivo de Andalucía. Las protagonistas que han hecho posible este viraje son las 18.000 empresas andaluzas que entre enero y septiembre de 2017 han decidido operar en el exterior.

Tras comprender las empresas la necesidad de superar la contracción del mercado nacional saliendo al exterior, donde solo es posible competir con marca y valor añadido, Andalucía ha logrado cerrar el círculo virtuoso de la economía. Ha unido internacionalización con industrialización, emprendimiento, innovación, conocimiento y, por supuesto, con el talento de miles de personas.

Todos, el Gobierno andaluz el primero, debemos sentirnos orgullosos del trabajo, esfuerzo y talento de los andaluces que han hecho posible que Andalucía encare 2018 y los próximos años con una hoja de ruta clara: la apuesta por las personas y la innovación para impulsar un desarrollo económico social, justo y que blinde el Estado de la Equidad.

En ese camino que sabemos que tenemos que recorrer somos conscientes de los retos y, por qué no decirlo también, de los riesgos que tendremos que sortear. La tensión territorial por la crisis institucional, económica y social de Cataluña; el debate inexcusable y urgente del cambio del modelo de financiación; la desaceleración de la economía mundial; la salida del Reino Unido de la Unión Europea; la sequía… son solo algunas de las incertidumbres que planean sobre la economía y cuya incidencia sobre las previsiones de crecimiento para 2018 son evidentes.

En este contexto, Andalucía ofrece estabilidad. Primero, en el marco político, y, segundo, en el económico. Somos la primera comunidad de España con los presupuestos para 2018 aprobados ya en sede parlamentaria.

La solvencia de Andalucía, reconocida por las principales agencias de calificación del mundo, unida a un modelo económico global, abierto al mundo, basado en la innovación y el talento de las personas, dibujan un escenario de oportunidad que debemos y tenemos la obligación de aprovechar. Un momento de oportunidad que actuará como un imán para atraer a los inversores. El Gobierno andaluz actuará como aliado de las empresas, los autónomos y los emprendedores, para aprovechar al máximo las oportunidades de los próximos años, que son decisivos. En definitiva, todos estos elementos encima de la mesa invitan a ser optimistas sobre cuál será el futuro de Andalucía. Un futuro marcado por la certidumbre, la innovación y el talento para afianzar el crecimiento económico, la competitividad, la convergencia y, sobre todo, la creación de empleo con la que dar oportunidades vitales y profesionales a las personas.

 

Antonio Ramírez de Arellano

Consejero de Economía y Conocimiento

 

Artículo incluido en el Anuario empresarial y económico de Agenda de la Empresa. Enero 2018