La Comisión Europea (CE) ha elevado sus previsiones de crecimiento de la zona del euro y de la UE para 2018 hasta el 2,3%, dos décimas más que lo anticipado en noviembre del año pasado. Para 2019, ha pasado del 1,9% al 2,0%.

Ello es la consecuencia de una mejor situación cíclica en Europa, en donde los mercados de trabajo siguen mejorando y la confianza de los operadores económicos es particularmente elevada, y de una recuperación del comercio y la actividad económica mundiales superior a la prevista. Se prevé que la fuerte demanda, la elevada utilización de la capacidad y unas condiciones de financiación propicias sean favorables a la inversión durante el período de previsión.

Por su parte, la inflación básica, de la que se excluyen por su volatilidad los precios de la energía y de los alimentos no transformados, se espera que se mantenga a un nivel moderado, ya que la atonía del mercado laboral solo remite lentamente y las presiones salariales se mantienen limitadas. Así, se prevé que se mantenga en el 1,5% en 2018 y aumente al 1,6% en 2019.