Sin lugar a dudas Andalucía vive en estos años el desafío de la transformación de su economía productiva, algo fundamental al efecto de dotar de dinamismo y competitividad a un territorio conformado en su mayoría por pymes y micropymes.
Así la apuesta por la agroindustria, la digitalización de las industrias, el I+D en conexión con el mercado o el impulso a nuevos nichos de crecimiento empresarial y generadores de empleo como la biotecnología, la Industria 4.0, la robótica o la sostenibilidad como oportunidad de emprendimiento, surgen con fuerza en el marco de un concepto de convergencia y clusterización de las actividades productivas en nuestra región. Fenómenos estos que hoy enfrentan importantes desafíos y retos, en el primer ámbito con situaciones a superar de manera urgente como el hecho de la existencia de la distancia que aún en Andalucía existe en términos de desarrollo económico, hecho este reflejado en el PIB per cápita equivalente al 78,2% de la renta per cápita media española. Y junto a este elemento a superar desde el entendimiento lógico del atraso histórico que, anterior a la llegada de la democracia, Andalucía ha tenido que superar partiendo desde una posición más alejada, existen otros de importe calado en la hoja de ruta de la transformación productiva de nuestra comunidad.
Así, la dependencia del motor económico del turismo y la agricultura vienen a determinar otro de los hechos significativamente a superar en una Andalucía que ha visto en los últimos tiempos, al igual que en España, cómo la bajada de los salarios, la precarización del empleo y la estacionalidad han agudizado aquí una baja tasa de actividad y una alta tasa de desempleo, que si bien en los últimos años se ha visto mejorada aún hoy -y debido a dichas circunstancias y otras- hacen que en Andalucía estemos en diez puntos porcentuales alejados de las tasas de empleo de otros territorios, siendo el fracaso escolar aún un elemento a atajar en un sistema educativo que en España en general y en nuestra región genera de manera permanente una cantidad importante de jóvenes sin capacitación en un mercado laboral y productivo que no puede permitirse el lujo de perder la potencia de generaciones de jóvenes llamados a no sólo aportar, sino a sostener el sistema económico y productivo de un territorio que ha sufrido en los últimos años la crisis económica de manera muy profunda.
No por menos, aquí dicha crisis ha significado en estos años un duro revés para las economías tradicionales más expuestas a las inclemencias del vaivén económico sufrido en Europa y en nuestro país. Pero junto a este análisis del territorio y de su composición, al que habría que añadir los desequilibrios de población y productividad entre las zonas urbanas y costeras y las rurales, tenemos también que analizar los retos que el fenómeno de la clusterización tiene ante sí en lo que al sector empresarial se refiere, un ámbito en donde en Andalucía se observa como la composición del tejido productivo tiene poca densidad, conformado en su gran mayoría por pymes de sectores tradicionales más pequeñas que la media española y en donde la inversión del gasto en I+D presente un menor nivel en comparación con su población y el peso económico de esta región en el conjunto de España.
Pero frente a estas realidades, Andalucía también presenta las oportunidades de una región con una importante tasa de emprendimiento, superior a otras regiones del norte de España; una comunidad autónoma en donde la existencia de un importante entramado de centros tecnológicos puede y debe ayudar a la clusterización del territorio. En definitiva, una comunidad autónoma con una fuerza tractora de cambio en donde la inversión del I+D+i ha aumentado más del doble en apenas cinco años, y se aprecia cierta convergencia con la media española. Siendo la atracción de empresas extranjeras y el balance comercial dos fortalezas más de una Andalucía llamada a construir un espacio de progreso si es capaz de superar los retos y las sombras que aún tenemos por delante. El tiempo lo dirá.
Josu Gómez Barrutia
Consultor, emprendedor y mentor acreditado en AMCES Asociación Española de Mentoring