Atrás quedaron esas declaraciones esperanzadoras de unos y otros que aseguraban que 2011 iba a ser el año de la recuperación. Pues bien, siendo positivos, quizás España comience a ver el final de la crisis en los últimos meses de este ejercicio. Eso sí, si se hacen demasiado bien los deberes. La mayor parte de los pronósticos sostienen que España no volverá a crecer a tasas del 2% hasta 2013 o 2014. Dicho de otro modo, hasta entonces nuestra economía no será capaz de crear empleo neto. Los economistas sólo se mojan para decir que el paro bajará en 2011 de forma testimonial. Citigroup prevé una tasa del 20,4% en 2011, AFI (Analistas Financieros Internacionales) del 20% y Funcas (la fundación de las cajas de ahorros) del 20,2%. Lo más importante: disipar la desconfianza inversora en los mercados.

2011 será otro año de ajustes y de saneamientos. Si sorteamos con algo de suerte el acoso de los mercados, puede que se produzca una recuperación más acelerada. Paralelamente, 2011 será también un año duro en lo social: histórica subida del precio de la luz y gas natural, la compra de un piso deja de deducir, más IRPF, adiós a los 426 euros, se acabó el cheque bebé, el tren más caro, alza de las pensiones… será, por tanto, otro año más de transición hacia un crecimiento económico algo más sostenido. Lo cierto y verdad es que la meta, al menos, está clara, los medios, de momento, no tanto.

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