ZP ha hecho un llamamiento a los países europeos para alcanzar un gran pacto entre trabajadores y empresarios, sin embargo, el problema en la UE no es de enfrentamiento entre unos y otros, sino de cómo salvar a las empresas para que éstas puedan mantener el empleo y generar nuevos puestos de trabajo. En España el problema es el mismo, mejor dicho: es peor.

Nuestro Gobierno quiere asignar a las empresas el papel de 'cabezas de turco' de una crisis de la que el Ejecutivo ZP tiene bastante culpa. Los empresarios son los que necesitan más ayuda, más facilidades para créditos que no llegan (el 80% de las pymes que en los últimos ocho meses acudió a la banca en busca de financiación asegura que se encontró con obstáculos).

Que no nos engañen… la banca solicita información del plan estratégico para los próximos tres años, investiga más en la sociedad y ofrece tipos de interés que doblan los de hace un año. No podemos olvidar que el 99% del total de las empresas que conforman el tejido empresarial español son pymes, que supone el 80% del empleo en España.

Teniendo en cuenta que, en España, por cada empresario hay doce trabajadores, se necesita nada más y nada menos que 375.000 líderes que quieran utilizar su apellido como pilar sobre el que levantar una próspera compañía y absorber así los más de 4,5 millones de parados que existen en España. Reflexionémoslo porque ahí, en las empresas, está la clave para salir de esta larga y angosta crisis.

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